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Tras una dilatada carrera en publicidad y como ayudante de su padre, Ridley Scott, Luke Scott ha dado el paso de dirigir su propia película, Morgan, un thriller sobre inteligencia artificial que plantea "un salto adelante" en la evolución humana. Scott tenía 13 años cuando su padre rodaba Blade Runner, un clásico de la ciencia ficción y de la vida "replicante", pero trata de restar importancia a la coincidencia temática.

"Obviamente, él ha dejado huella en el cine de ciencia ficción, pero no creo que para mí haya sido una elección consciente relacionada con eso; hice 'Morgan' porque me gustaba y me divertía", ha señalado hoy en una entrevista con Efe. Si algo ha aprendido Scott del director de Alien o Thelma y Louise, que también ha producido el debut de su hijo, es precisamente a divertirse con el cine.

"Técnicamente, me enseñó a hacer storyboards, a tener cubierto cada frame. También a divertirme y a no perder los nervios en un rodaje, pero sobre todo a pasarlo bien", ha asegurado.

Protagonizada por Kate Mara, Anya Taylor-Joy y Paul Giamatti Morgan sigue los pasos de una empleada especializada en resolución de conflictos que es enviada a un laboratorio para investigar un accidente ocurrido con Morgan, un ser producto de la ingeniería genética y dotado de un ADN sintético.

El guion, de Seth W.Owen, formaba parte de la llamada "black list" de Hollywood de 2014, que incluye los proyectos mejor escritos cada año, aunque algunas de sus ideas venían precisamente de un corto de Luke Scott, Loom, que giraba en torno a un hombre que ocultaba a un ser artificial en un taller genético.

"Leí el guion y empecé a hacerme preguntas, sobre quien era Morgan, si era un robot o un clon o algo completamente diferente, un ser humano sintético, y empecé a pensar en ella como un paso más en la evolución humana", explica.

Pese a las cosas terribles que suceden en la trama, Scott afirma que la película no pretende advertir sobre los peligros de la investigación en inteligencia artificial, sino todo lo contrario, estimularla. "Estamos en un estado de evolución en cuanto a la forma de comunicarnos, las redes sociales", subraya.

"Morgan representa para mí un paso hacia un cambio físico, plantea la posibilidad de que en unos años, quizá cinco o seis mil, haya este tipo de humanos dando vueltas por ahí, más eficientes y mejores", añade. "La historia humana está llena de adaptaciones a la naturaleza mediante la tecnología, y siempre podemos encontrar un argumento en contra de todo, pero no hay que temer esos avances", precisa.

La película, en su opinión, deja claro que hay dos características que siempre distinguirán a un humano, que son "la empatía y el sentimiento de identidad". Como parte de su trabajo de documentación, Scott visitó los laboratorios de microbiología de la Universidad de Queens, donde supo que las investigaciones en este campo son prolíficas y avanzan a velocidad de vértigo, pese a seguir siendo tabú para la población general.

El director destaca que uno de los mayores retos de la producción fue encontrar a la actriz para encarnar a Morgan y que se decidió por Anya Taylor-Joy tras quedarse impresionado por su actuación en la película de Robert Egger La bruja: Una leyenda de Nueva Inglaterra.

En cuanto a Kate Mara, que también ha trabajado con Ridley Scott en Marte, fue la primera opción para interpretar a la empleada de la corporación enviada a investigar el incidente. Morgan llegará a los cines españoles el próximo viernes.