Lola Herrera y Héctor Alterio llegan a Madrid satisfechos del éxito que están cosechando con la obra de teatro En el estanque dorado, de gira desde el pasado octubre, y "encantados" de haber colgado en todas las representaciones el cartel de "localidades agotadas".
Y es que esta pareja de veteranos actores, juntos por primera vez en el escenario, ha conseguido llenar los 22 teatros en los que se ha representado en más de medio centenar de ocasiones esta obra de Ernest Thompson que llevaron al cine en 1981 Henry Fonda, Katharine Hepburn y Jane Fonda, según cuentan en una entrevista con Efe.
La obra estará en cartel en el Teatro Bellas Artes de Madrid a partir del 5 de marzo, en cuyo escenario podrá verse a esta pareja interpretando un clásico del teatro contemporáneo que habla de la edad, del miedo, del amor, de la pareja y de la familia.
"Una pareja mayor con los problemas cotidianos de cualquier pareja", explica Héctor Alterio, cuyo personaje, Norman Thayer, le resulta "realmente atractivo": "Es un obseso de la muerte, lo que provoca en su mujer una reacción que hace que su pesimismo contraste con el optimismo de Ethel", a quien da vida Lola Herrera.
Ambos pasan las vacaciones, como todos los años, en una casa cerca del estanque dorado que da nombre a la obra, donde recibirán la visita de su hija Chelsea (Luz Valdenebro), acompañada de su nueva pareja y su hijo (Camilo Rodríguez y Mariano Estudillo), que mantiene unas relaciones muy tensas con su padre.
Para Héctor Alterio, el autor armó de tal forma su personaje que su carácter queda matizado con un "humor negro tan natural que le da una pátina muy atractiva": "Estoy en plena luna de miel con él y sigo encontrando cosas nuevas".
Lola Herrera alaba la forma en la que su compañero da vida a este anciano y asegura que su interpretación "es una maravilla, muy real, provoca constantes risas en el público".
El personaje de Ethel es, por el contrario, el que intenta dar el equilibrio a esa relación familiar, explica Herrera, "la mujer y madre que intenta contemporizar", una actitud que "a las mujeres, nos viene de lejísimos".
La actriz considera "fantástico" su papel, "el poder tender puentes para que haya un entendimiento, suavizar las situaciones", una actitud que conoce de la vida y que le encanta llevar a la escena.
Ambos actores reconocen que, aunque sea un clásico del teatro producido en más de 40 países y traducido a 30 idiomas, la fama de la película, ganadora de varios Óscar, puede suponer un "hándicap" en principio para llevar En el estanque dorado a la escena, ya que "siempre un primer plano se queda grabado en la memoria, especialmente con esos actores tan maravillosos", dice Lola Herrera.
No obstante, aseguran que la obra teatral, en versión de Emilio Hernández, "va más al fondo" que la versión cinematográfica, que, según reconoció su autor Ernest Thompson "se dulcificó, es más light, más descafeinada".
Con escenografía de Gabriel Carrascal, la trama transcurre en la casa de veraneo en un montaje que tiene el aliciente, dicen, de "un texto más profundo" y la posibilidad de "ir tomando el pulso al público desde el primer momento".
"Adoro el teatro", afirma esta prolífica actriz que, en comparación con su dilatada carrera teatral y televisiva, ha tenido pocas experiencias cinematográficas.
Una opinión que comparte Héctor Alterio, que ha participado en una treintena de películas, tres de ellas nominadas a los Óscar como mejor cinta extranjera (El hijo de la novia, El nido o La tregua).
"En el cine uno se siente más patrón de sí mismo", explica Alterio: "en el teatro puedes medir los silencios y cada función es distinta respecto a la puesta en escena con públicos distintos y ánimos de estado diferentes".
Pero, en general, el estado de ánimo del público cuando acaba la hora y cuarenta minutos que dura la función es muy bueno, explican: "Notamos que lo han pasado muy bien, notas el agradecimiento de la gente por haber pasado un buen rato".
A pesar de la buena respuesta del público hacia su obra, son conscientes de que "aunque haya unos cuantos espectáculos que funcionen bien, el teatro está en una situación muy grave" y recalcan la necesidad de que se baje el IVA del 21 por ciento "porque hay mucho miedo a emprender cualquier cosa".