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El escritor Luis Mateo Díez ha recibido esta mañana de manos del rey el Premio de Literatura Miguel de Cervantes 2023, el máximo galardón de las letras en español, en una ceremonia celebrada en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).

En su intervención, el escrito ha asegurado que vive entregado a sus personajes y que nada le interesa menos que él mismo y ha hecho un repaso de su vida literaria, sus lecturas y su escritura desde niño en el discurso pronunciado tras recibir el galardón.

Y ha reconocido su "precaria incapacidad para escribir" lo que le pasa: "Lo que en mi existencia sucede, lo que mi biografía propone, nada me interesa menos que yo mismo, y lo digo con una radicalidad sospechosa".

Y es que este escritor y académico de la RAE, creador del mítico territorio imaginario de Celama, ha indicado que contar la vida ha sido siempre su aspiración, que ha vivido la literatura en la "conquista de lo ajeno" y que Don Quijote llegó a él de niño como un héroe "entrañable", hasta que comenzó a saber que se trataba más bien de un "antihéroe" al que se fueron pareciendo sus personajes, que son más bien, "héroes del fracaso".

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Precisamente, el escritor leonés, el único que ha recibido en dos ocasiones el Premio Nacional de Narrativa y el de la Crítica y que tiene también el Nacional de las Letras, recibió el Cervantes por “ser uno de los grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino, escritor frente a toda adversidad, creador de mundos y territorios imaginarios”, según destacó el jurado.

Don Quijote llegó para quedarse él y poco a poco en el mundo que fue creando como escritor los seres de ficción tenían "una incierta imagen quijotesca, una atrabiliaria fisonomía de perdición y extravío, a la que no era accidental la fragilidad de su voluntad luchadora por la vida, el afán de vivirla y sobrellevarla con el rendimiento de la generosidad".

No obstante, ha dicho, sus personajes, que no le pertenecen, tienen "una incierta heroicidad, tan cervantina y quijotesca, en aras de una imaginación liberadora y redentora, siendo acaso héroes del fracaso": "A ellos vivo entregado, ya que son ellos quienes me salvan a mí", ha dicho el galardonado.

Al acto, que como es tradicional se celebra en el Día del Libro en Alcalá de Henares, asisten numerosas personalidades de la cultura y la política, entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

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El Premio Cervantes de este año ya aseguró en el día previo a recoger el galardón estar en un momento en el que aspira "a la nada", tras un reconocimiento que es un "límite", y sentir que ahora escribe "mejor" que antes pero es algo que le cuesta "mucho más".

Felipe VI ensalza su figura y literatura

El rey ha ensalzado este martes la figura del escritor leonés, a quien ha definido como “un formidable creador de mundos y de territorios imaginarios” que corrobora con su escritura que “la ficción es una parte imprescindible de la existencia”.

Tras felicitarle por su incorporación a la relación cervantina de los mejores escritores de la lengua española, el monarca ha trazado los principales rasgos de Díez, “un novelista excepcional” que acrecienta “el legado de los grandes fabuladores de la literatura universal”.

Además de su “calidad artística y dominio del lenguaje”, del escritor de Villablino, de 81 años, ha destacado que haya practicado todos los géneros con maestría, de ahí que “la hibridez sea un rasgo sobresaliente” a lo largo de su trayectoria.

“Novelas construidas a base de cuentos, ensayos intercalados de relatos o viceversa, fábulas unificadas en un ciclo y narraciones autónomas que agrupadas constituyen un sugerente mosaico narrativo”, ha glosado el rey.

En su discurso, el jefe del Estado ha hecho un repaso de algunos de los grandes títulos de Díez, como 'La fuente de la edad', donde “lo que importa no es el hallazgo, sino vivir en la imaginación lo que la realidad niega”.

También ha citado ‘La ruina del cielo', “una cima en la historiografía literaria” en castellano y con la que ganó su segundo Premio Nacional de Narrativa