Les Luthiers entusiasman a Madrid con su antológica '¡Chist!'
Sin necesidad de una sola grosería, con el único recurso de la música y los dobles sentidos, Les Luthiers llevan parodiando hasta el límite de lo civilizado a pedantes e impostores desde hace medio siglo, una fórmula diez en plena época 2.0, que sigue entusiasmando como lo ha hecho esta noche en Madrid.
Los argentinos han sido aplaudidos y jaleados desde su aparición en el escenario del Barclaycard Center Palacio de los Deportes y en especial en cuanto han mencionado al que quizá sea el personaje más querido por el público de los 700 que han creado en su carrera, Johann Sebastian Mastropiero.
Su famoso Madrigal, el de la bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa, ha sido una de las diez piezas que han desgranado durante casi dos horas y que han querido rematar con un bis también muy apreciado por los espectadores que conocen su trabajo, el "blues del fortín", es decir el "opus 14 -forteen-", de Mastropiero, interpretado a piano y "bolarmonio".
No era la primera vez que los argentinos traían a España su último espectáculo, ¡Chist!, que ya estuvo en Oviedo, Coruña y Vigo en octubre, pero el aforo del Barclaycard Center se ha cubierto esta noche como si fuera un estreno absoluto.
¡Chist! es una antología de lo mejor de cincuenta años de carrera con el hilo conductor de "la misión" de unos políticos corruptos, empeñados en que un músico "reescriba" el himno oficial del país para "incluir" a su partido y el nombre del presidente del país.
"No se puede cambiar la historia... Usted es un fusilánime, alguien que tiene miedo a que le fusilen", le dicen al músico los políticos ante sus "reticencias" en medio de las carcajadas del público ante las maniobras de unos corruptos nada "obsolectos".
Las piezas no tienen criterio cronológico o "museístico", sino que fueron elegidas entre las que más les gustaban a sus miembros por ser muy divertidas, por el equilibrio entre momentos teatrales y momentos musicales y buscando que todos tuvieran, más o menos, el mismo tiempo de protagonismo en escena.
"Todos" son los "originales" "luthiers", es decir Carlos López Puccio, Carlos Núñez Cortés, Marcos Mundstock y Jorge Maronna, y los "nuevos" "Tato" Turano y Martín O'Connor.
Quien ya no está es Daniel Rabinovich, fallecido el año pasado, pero entre todos cubren un espacio al que O'Connor, dotado de una voz "intensamente crepuscular", contribuye con mucha solvencia.
La música combina obras sacras, ópera, boleros, rock y un rap en el que Puccio y Marona lo dan todo saltando y bailando en perfecta coreografía.
Recogen piezas inolvidables de su repertorio como "La comisión (Himnovaciones)", el trío "Bolero de los celos", el hilarante "Manuel Darío" o "La hija de Escipión", extraídas de los espectáculos "Bromato de armonio", "Viegésimo aniversario", "Canto con Humor" y "Por Humor al arte".
Con la delectación del avaro que cuenta monedas, comprueban cómo el público, el que le sigue con devoción, y el que solo había oído hablar de ellos, acoge sus números, que siguen vivos y vigentes y que cogen sus bromas al vuelo.
En Madrid estarán ocho días y luego viajarán a Barcelona, donde actuarán entre el 17 y el 20 de marzo y tienen previsto cumplir su medio siglo sobre los escenarios en España, en septiembre de 2017, en el sevillano teatro de La Maestranza.
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