| Telemadrid
(Actualizado

Ir al cine y ver la película sin salir del coche parece una actividad sacada de una pantalla de cine americano, pero se trata de un entretenimiento mucho más longevo y que va a llegar a Madrid con intenciones de quedarse.

La historia de los autocines nació en tierras americanas en la década de los cincuenta. Más de 5.000 autocines invadieron Estados Unidos tras la II Guerra Mundial para que las bases militares extranjeras estadounidenses pudieran disfrutar del séptimo arte.

Esta moda americana llegó a España en 1959 con el primer autocine español, el MotoCine Barajas, una extensión de 40.000 metros cuadrados con capacidad para 700 coches, y hoy, casi sesenta años después, Madrid volverá a tener autocine y no sólo será un amor de verano.

El proyecto nace a partir de cuatro jóvenes emprendedores, Cristina Porta, Tamara Istambul, Javier Fernández, y David Alsina, quienes quieren "ofrecer un espacio de ocio alternativo y muy diferente a lo que ya existe en Madrid".

En declaraciones a Efe, Fernández explica que quieren "dar un enfoque distinto" al ir al cine para así fomentar el visionado del séptimo arte en compañía, "no cada uno desde el sofá de su casa".

El nuevo autocine se ubicará en la zona de Chamartín-Fuencarral -desde donde se podrá ver el icónico fondo madrileño con las Cuatro Torres o las Torres Kio- sobre un terreno de 25.000 metros cuadrados y dispondrá de aforo para 350 vehículos.

La tela de la pantalla tendrá proporciones gigantes con unos 250 metros cuadrados, con un proyector digital de última generación y el sonido se emitirá a través de altavoces o se podrá sincronizar en las radios de los coches, casi como se hace en Renfe o en los autobuses. Todavía no han barajado si darán la opción de ver la película en versión original con subtítulos.

Los empresarios destacan que también habrá espacio para las personas que decidan ir a pie, a pesar de que las comunicaciones andando y de transporte público son "deficientes" para la zona donde se ubicará el autocine.

El cine se completará con una zona con cuatro foodtrucks al más puro estilo americano, cuyos menús irán variando según el tipo de película que proyecten -que serán de estreno o joyas del cine clásico-, y un bar con terraza. De cara al próximo verano, los promotores habilitarán una zona de butacas para poder ver la película desde fuera del coche.

En relación con el precio de la entrada, Fernández asegura que "costará menos con los cines convencionales" porque quieren que la sociedad "pueda disfrutar del buen cine".

Fernández ha indicado a Efe que esperan que el recinto esté preparado entre finales de agosto y principios de septiembre, y ha negado que se trate de "un negocio de verano" ya que "funciona también con mal tiempo porque no te impide ver las películas desde el coche".

Ha añadido que, en caso de lluvia, la empresa proveerá a sus clientes de unas viseras para poner sobre la luna del coche y que la lluvia no dificulte ver las películas.

"El único día que cerraremos será el lunes", declara Fernández, "pero el resto de días estaremos abiertos y se realizarán dos pases". Los horarios se definirán en función de la luz solar: en invierno a las 20.00 y 22.00 y en verano a las 22.00 y 24.00 horas.

Asimismo, la visión de estos cuatro empresarios no es solo al cine, por lo que proyectan dedicar su espacio a conciertos y a "cualquier actividad cultural que necesite una pantalla grande".

Madrid no es la única ciudad española que contará con autocine; de hecho hay cines que llevan resistiendo las crisis culturales desde hace más de treinta años, como los autocines de Valencia, Denia y Alicante en la costa de Levante y Gijón, o en Torrelavega y Getxo en el norte del país.