"No soy generosa, he sido inteligente", así ha manifestado Soledad Lorenzo su manera de entender el depósito -con promesa de legado- que hizo la galerista al Museo Reina Sofía, una muestra que a partir de mañana se podrá ver en "Punto de encuentro", la primera de las dos programadas por el museo estatal.
"He hecho un gesto inteligente, porque la gente siente el museo nacional como propio. No soy generosa, he sido inteligente, porque es estupendo que todo el mundo pueda ver mi colección, es un enriquecimiento (...) No la hubiese dado a un museo de Barcelona, sino a un museo de todos los españoles para que lo pueda ver toda la sociedad", ha dicho Lorenzo (Santander, 1937).
Así, del 26 de septiembre al 27 de noviembre, el Reina Sofía acogerá "Punto de encuentro", una exposición que aborda las formulaciones espaciales, geométricas y de construcción desde diferentes ópticas a través de 58 obras de 15 artistas, todos ellos españoles y representados por la galería que dirigió desde 1986 hasta 2012. Más de dos décadas de actividad que la convirtieron, como ha indicado, en galerista, no coleccionista.
"No me sentía coleccionista porque me gustaba mucho llamar a los clientes que sabía que les iban a gustar las obras que me llegaban. Yo he sido un puente, transmitía lo que sentían los artistas", ha confesado.
Según ha descrito el director del museo, Manuel Borja-Villel, durante la presentación de la exposición, con el legado de Lorenzo, y su traducción en estas dos exposiciones, se quiere reflejar no sólo "un momento del arte español", sino el "quehacer de alguien como Soledad". "Ella siempre ha sido capaz de generar una comunidad con los artistas", ha matizado.
Por eso, en "Punto de encuentro" los casi 60 trabajos expuestos "establecen un diálogo" en el "espacio íntimo" que el Reina Sofía ha creado para que la exposición "recuerde a una galería".
Y como si de su galería se tratara, la exposición reúne a autores consagrados como Pablo Palazuelo o Antoni Tàpies con otros artistas vinculados a la trayectoria de Lorenzo, como Soledad Sevilla, Ángeles Marco, Txomin Badiola, Pello Irazu, Sergio Prego, Jon Mikel Euba, Jerónimo Elespe o Íñigo Manglano-Ovalle.
"La línea directriz de la exposición -cuenta Borja-Villel- es el interés de los artistas por la estructura y eso es lo que permite que puedan convivir Palazuelo con Soledad Sevilla".
En palabras de Lorenzo, esta colección no se trata de obras que ella haya adquirido, sino de aquellas que no se vendieron y que decidió quedarse. Y todas, según ha puntualizado, han formado parte de su vida gracias a la "inteligencia de la mirada", la que le ha aportado "amar la vida".
"Lo que no vendía me lo guardaba y cuando cerré inmediatamente pensé que no quería venderlo porque era mi historia. Y me dije si al Reina Sofía le interesaría (...) El museo, además, es a lo que aspiran tus artistas, y están felicísimos", ha afirmado.
Sobre el hecho de verlas en este nuevo espacio, la galerista ha relatado como la primera vez que las contempló dijo: "Caray, qué museísticas", ha bromeado al tiempo que ha expresado sentirse "muy feliz".
El depósito, que ha pasado a formar de los fondos del museo, está compuesto por 382 piezas de 89 artistas, la mayoría de ellos españoles, pero también internacionales, especialmente estadounidenses. Aunque predomina el dibujo y la pintura, también figuran esculturas, fotografías, grabados, obras audiovisuales e instalaciones.
Todo un legado que, según el director del Reina Sofía, "completa" parte de la colección del museo. La segunda muestra, "Cuestiones personales", abrirá sus puertas del 19 de diciembre al 5 de marzo de 2018 y centrará sus contenidos en la recuperación del lenguaje figurativo y las metamorfosis de la representación en las últimas décadas del siglo XX con una selección de obras de Luis Gordillo, Alfonso Fraile, Manuel Ocampo, Tony Oursler, George Condo o Schnabel, entre otros.