Monet y Boudin, duelo de pintores en el Thyssen
Hasta el 30 de septiembre puede verse la exposición "Monet/Boudin"
Claude Monet conoció a Eugène Boudin en 1856 en El Havre (Normandía), quien felicitó a un joven Monet que hacía caricaturas y a quien invitó a pintar con él. Así nació una relación maestro-discípulo que ahora el Museo Thyssen enfrenta en una exposición del gran impresionista con su maestro. Una exposición que bajo el título de "Monet/Boudin" descubre la relación entre el pintor impresionista Monet (París, 1840 - Giverny, 1926 , representante destacado de la pintura al aire libre francesa de mediados del XIX, y su maestro Boudin (Honfleur, 1824-Dauville, 1898).
Se exhiben un total de 103 obras, de las cuales "entre un 75 y un 80 por ciento no se habían visto nunca en España", una circunstancia que, según explica a Efe el comisario de la muestra, Juan Ángel López-Manzanares, se debe en parte a que "Boudin es muy poco conocido en España". Y además, como también ha señalado el director artístico del Museo Thyssen, Guillermo Solana, durante la presentación de la exposición, los cuadros de Monet, que es "una de las figuras más deseadas por todos los museos del mundo", siempre son muy difíciles de conseguir.
La exposición, que cuenta con el mecenazgo de Japan Tobacco International, se divide en ocho secciones organizadas cronológicamente, y las obras han sido cedida por museos e instituciones de todo el mundo, como el Museo d'Orsay de París, la National Gallery de Londres, el Metropolitan de Nueva York o el Museo de Israel en Jerusalén, entre otros.
Las obras, que se pintaron sobre todo en el norte de Francia, la Bretaña y Normandía (escenario donde nació el impresionismo junto con París), comienzan en la primera sala que se llama "Paisaje pintoresco", que acoge el inicio de la relación entre ambos y en la que se encuentra el cuadro "Vistas alrededor de los alrededores de Roulles"(1858). Este lienzo de Monet fue el primero destinado a ser expuesto al público y fue fruto de las primeras clases, por llamarlas así, con Baudin, quien le sugería al joven, al que llevaba 15 años, que pintara y dibujara paisajes al natural. Una relación que la familia de Monet no veía con buenos ojos porque Boudin procedía de una familia humilde, como explica el comisario.
Junto a este paisaje de Monet se puede ver "Paisaje normando" (1857-1858), de Boudin, ambos pintados en los alrededores de El Havre, y con la luminosidad del día reflejada, auténtica obsesión para el maestro.
A continuación se sitúan "Las marinas", de 1862. La tercera sala está dedicada a "Escenas de playa", como escenario de la escena social, Monet empieza a retratar situaciones de la vida moderna, anticipándose incluso a Baudelarie. Aquí se recogen las pinturas hechas en Trouville, un pequeño pueblo de pescadores que se hizo destino turístico de burgueses, donde ambos se instalaron con sus familias.
"Pasteles" es el apartado de la cuarta sala donde se recogen los estudios de cielos de Boudin de 1850. Monet llegó a realizar más de un centenar de pasteles a lo largo de su carrera, de los cuales 6 de ellos se expone en esta muestra.
Continúa "Variaciones" que recoge la idea de pintar variaciones sobre la misma obra, encuadre y paisajes y en donde Monet en 1890 da un giro total a su obras y mete más presión a su marchante Duran-Ruel, el mismo de Boudin. Boudin realizó unas doscientas variaciones de los muelles de Trouville con diferencias de las condiciones atmosféricas, de forma más intuitiva y no tan sistemática como Monet.
"Litoral agreste" recoge la década de 1870, cuando las relaciones entre Monet y Boudin comienzan a enfriarse. Y la sección siete llamada "Luz, reflejos y afectos atmosféricos", muestra el cambio de la luz y sus reflejos que recoge la última etapa y el viaje de los dos al sur de Francia, El cambio de la luz gris y cambiante de Normandia por la luz del Mediterráneo.
Al final de la vida de Boudin dejó dos cartas a Monet, donde resumía su amistad y donde además de alabar al alumno le reprochaba algún desencuentro y falta de reconocimiento hacia él. "Monet se negó durante mucho tiempo a admitir que su arte podía haberse guiado por el de sus predecesores. Fue ya en un momento muy tardío de su vida cuando reconoció la deuda que tenía con los artistas de la generación anterior y más concretamente con su primer maestro, Eugène Boudin...", escribe el comisario en el catálogo de la exposición que estará abierta hasta el 30 de septiembre.
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