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Siete años después de la publicación de Tarántula, su hasta ahora último disco de estudio con material inédito, Mónica Naranjo presenta Lubna, una ópera-rock que responde a su "obligación como músico y artista de seguir evolucionando y reinventarse".

"Hago televisión sobre todo porque me divierte, porque no tengo la sensación de ir a trabajar, mientras que la música es de alguna manera mi responsabilidad", dice la artista de Figueras (Girona) en una entrevista con Efe por la salida de este álbum complejo que ella ha sufragado y en el que ha contado con el apoyo, entre otros, de la Orquesta Sinfónica y el Orfeón Ciudad de Elche.

Sin esa colaboración, "el coste de producción habría hecho inasumible" que el álbum viese la luz, reconoce su autora, que ha necesitado muchos años de trabajo muy exigente para conciliar la música clásica y el metal rock, además de compaginarlo con cinco giras, su álbum de versiones "4.0", su libro de cocina y sus apariciones televisivas.

De todo el proceso, revela, las mezclas constituyeron la parte más compleja. Recurrieron incluso a un experto en bandas sonoras que fue incapaz de dar con lo que buscaban, así que fue ella y sus inseparables Pepe Herrero y Chris Gordon quienes finalmente se encargaron de este paso.

"Ha sido un disco costosísimo que además ha desgastado mucho energéticamente porque las historias que se cuentan son duras", apunta Naranjo, que partió para su génesis de un borrador que la conquistó. Asegura que las historias que contiene se entenderán plenamente cuando en septiembre se publique el libro que lo acompaña, con la idea de que las canciones se escuchen a medida que se avanza en cada capítulo.

Hasta ese momento, la intérprete prefiere mantenerse críptica en torno a los personajes y sus motivaciones. Mientras, que nadie quiera encontrar entre ellos a algún desencantado con el amor. "No es tan frívolo", puntualiza Naranjo, quien dice hablar de "temas muy profundos".

"En los últimos años he visto muchos telediarios y no quiero ver más. Ya sé cuál es la actualidad desgraciadamente y también que suceden cosas buenas todos los días, aunque parezca que no existen. Lubna tiene mucho que ver con lo que pasa, con la sociedad que hemos moldeado y con todo lo que pensamos que no tenemos cerca, cuando igual están al lado", explica.

Todas las historias tienen como denominador común la importancia de mantener la fe, confirma Naranjo, quien destaca en el libreto de esta obra uno de los versos que acompaña este idea: "Solo el abrazo del mundo me absolverá".

Se trata de una idea ilustrada por la portada, en la que Naranjo o su personaje de Lubna "emerge" de las aguas ante un paisaje urbano de fondo. "Representa el momento en el que el antagonista la hace volver, aunque ella, que ha vivido mucho tiempo en el fondo marino, no quiere, porque ya sabe lo que se va a encontrar, pero tiene mucha fe y piensa que puede solucionar todo el mal que impera", dice.

Aunque entre los cortes hay uno que parece de evidente inspiración personal, Este es mi público, Naranjo no se siente identificada con ese personaje. "Me da mucha pena, porque vive por y para el público, hace y deshace en la vida, se sumerge, se vende... hace todo aquello que yo no haría nunca", cuenta.

Varias son las colaboraciones incluidas y destaca las de Jaime y Marina Heredia, esta última en un corte "reivindicativo" como es Boomerang. "Ella es como yo, una purasangre cuando se habla de las mujeres; a las mujeres no se las toca", comenta.

No será hasta finales del año que viene que haya una traslación de este disco al directo, pero ese impás no será por sus compromisos televisivos. Naranjo, que ha participado como colaboradora en programas de Mediaset en los últimos meses, niega que pueda trabajar como "coach" en una próxima edición de La Voz. "Estaré de promoción de este álbum", dice a modo de descarte.