'My body, my rules', exposición colectiva de arte LGTBI
Con obras de artistas como Dalopo, Gonza Gallego, Barbaholograma y Víctor Manjón
Las últimas tendencias del arte LGTBI reunidas en una interesante exposición colectiva con obras de creadores como Dalopo, Gonza Gallego, Barbaholograma y Víctor Manjón. La podrán ver hasta el 25 de marzo, en el hotel Ritual de Torremolinos, primer gran alojamiento enfocado al público LGTBI de la a Costa del Sol.
En el caso de Dalopo, que utiliza el arte como activismo y concienciación social, presenta una serie de obras como Diversity (imagen del cartel del Orgullo de Andalucía 2017) o 'My body, my rules', que da nombre a la muestra, y que realza la libre determinación de identidad y expresión de género.
También podrán contemplarse en el Hotel Ritual las pinturas hiperrealistas de Víctor Manjón, con obras que trasladan la atención del espectador de las cosas materiales a las cosas eternas y por último los dibujos del ilustrador Jorge Cabrera, más conocido por Barbaholograma. En su proyecto 'Dioses y hombres', Cabrera se inspira en el hombre y en el sexo como principales temas, además de ayudarse de las canciones de Víctor Algora y una clara influencia de las redes sociales de la era actual.
GONZA GALLEGO EXPLORA EL DESNUDO MASCULINO EN "LONELY"
Gonza Gallego es un joven artista manchego (Puertollano, 1991) afincado actualmente en Madrid. Se dio a conocer gracias a sus collages donde mezclaba figuras del mundo del pop con iconografía religiosa y arquitectura, pero finalmente decidió explotar su vena de fotógrafo como principal vía de expresión.
De carácter autodidacta, es graduado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y colaborador de la revista Shangay. Gallego explora su mundo interior a través de sus obras rosadas. Tradición, sexualidad desmesurada, folclore y una gran influencia de la cultura pop son los principales pilares de la obra del manchego.
En su último proyecto fotográfico, ‘LONELY’, el artista explora el cuerpo masculino a través del desnudo. Encerrados en una solitaria habitación de color rosa, sus modelos se desnudan, reflexionan, piensan, se excitan, pero también están tristes, a solas, dentro de una habitación que parece idílica pero que puede encerrar los demonios personales que más tememos.
Una oda al cuerpo masculino y un reflejo de lo que Gallego muchas veces siente en su vida en Madrid, una ciudad donde estás rodeado de gente pero te sientes muchas veces solo. No es una crítica, sino una lanza a favor de la soledad, presentada de forma atractiva y sexualizada, aunque a veces peque de melancólica.
Una visión idílica, mimada y edulcorada que aporta la paleta de colores rosados que maneja Gallego en sus fotografías y que contrasta con los personajes rudos de sus fotografías. Una invitación a la imaginación, el pensamiento, la reflexión y porqué no, también al onanismo. A solas.
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