Oportunidad perdida en la vigésima de San Isidro
Perera y Roca Rey cortan oreja pero fue poco para la potable corrida de Victoriano
Los toros son una loteria. En la vigésima de San Isidro se vendieron todos los billetes. Se sortearon por la mañana los de Victoriano del Río. El primero... 49, de nombre Jocundo. Se deja y repite, pero se quiere ir y sale suelto. No ha tenido suerte Miguel Ángel Perera, que escucha silencio.
El 4... Cantapájaros. Es noble y repite. Perera se juega varios décimos en forma de cambiados, de pecho y adornos. Ha tenido suerte el extremeño que torea con la diestra y se gusta en el cambio de mano, y la izquierda y uno de pecho largo, largo y... consigue hilvanar una faena por la que corta... ¡una oreja!
Brinda López Simón al Rey la faena de Cangrejero. Tiene toro de premio. El de Bbarajas se gusta con la diestra, pero rompe el ritmo con tanto parón, no liga. Sigue. Tira el estoque simulado, interpreta luquesinas, le falta fuelle a la faena y solo recibe ovacion con saludos con un Victoriano... ¡de oreja!
Su segundo, Cojito. Es un pedazo de toro que va al caballo como un rayo y derriba. Y pedazo de Tito Sandoval que agunta y da una lección de toreo a caballo, simplemente aguantando. Se lucen con los palos Siro y Arruga. Se juega todo López Simón y comienza de rodillas y sigue con la diestra, una, dos, tres, otra con la izquierda. ¿Pero qué pasa? ¡Este no es el López Simón de otras tardes! Y pincha y al toro no se le da la merecida vuelta al ruedo, porque no se le ha hecho faena. Porque no se ha cortado... la oreja que llevaba. Se le ha ido la puerta grande.
Roca rey pecha con un manso, el tercero... ¡de oreja! ¿Cómo? ¡De oreja! ¡Uf! ¡Qué mal se lidia a beato!... ¡Pero es de oreja! Roca rey se crece, y se pega el arrimón con la diestra y al natural aguanta, aprovecha la emoción que da el manso metido en tablas que es... ¡de oreja! y tras entera aguantando corta... ¡una oreja!
Hay que intentarlo con Entrenador para abrir la Puerta Grande, pero Roca Rey se equivoca en la lidia y con el público en contra... todo queda en silencio. Pero en la vigésima de San Isidro se pudieron cortar... ¡cuatro orejas!
LA FICHA
Toros de Victoriano del Río, de muy serias hechuras y de interesante juego. Noble y soso, el primero; de buen son, el segundo; manso y aquerenciado pero con fondo de calidad cuando le sujetaban la huida, el tercero; bueno aún faltándole un tranquito y amagando también con rajarse, el cuarto; codicioso hasta que se rajó, el quinto; y exigente y enrazado, el sexto.
Miguel Ángel Perera, de gris plomo y oro: estocada desprendida (silencio tras aviso); y estocada trasera (oreja).
Alberto López Simón, de coral y oro: estocada trasera (aviso y ovación tras leve petición); y dos pinchazos, medida tendida y trasera, y cuatro descabellos (pitos tras aviso).
Andrés Roca Rey, de sangre de toro y oro: estocada delanterilla y ligeramente atravesada(oreja tras aviso); y estocada trasera y dos descabellos (silencio tras aviso).
En cuadrillas, templada brega de Javier Ambel al cuarto, y extraordinario tercio de varas a cargo de Tito Sandoval, que se vio obligado a saludar, en el quinto.
Incidencias: El rey Juan Carlos presenció la corrida. Lleno de "no hay billetes" (23.624 espectadores) en tarde primaveral.
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