Arturo Pérez-Reverte se pasa a la novela de espionaje con 'Falcó' (Alfaguara) y traslada al lector a los años 30 de una España convulsa amenazada por la Guerra Civil, una época que fascina al autor ante la "enorme vulgaridad" que campea, a su entender, en las sociedades actuales. "El mundo se ha hecho más vulgar y no se trata de clases de elegancia ni de élites con dinero, sino de la dignidad humana. Hoy en día cuando viajo veo a gente con chanclas y calzoncillos todos haciendo lo mismo con el teléfono, y lo único que le queda al novelista es revivir esos personajes que hicieron interesantes estos lugares", ha señalado en una entrevista con Europa Press el escritor.
Es por eso que Pérez-Reverte viaja hasta la España de los años de la Guerra Civil, invitado por un "escenario fascinante" que en ocasiones ha sido denigrado. "La gente siempre asocia el espía español a una cosa cutre y sórdida, pero aquí hubo espías que se movieron en ambientes elegantes internacionales. La palabra español no obliga a que todo sea cutre, casposo y garbancero", ha afirmado.
Falcó, un espía "amoral, mujeriego y cínico pero también elegante y simpático", deberá adentrarse en la España republicana para ejecutar una misión que tendrá como principal objetivo la liberación de Primo de Rivera. Para ello, el protagonista se rodeará de tres infiltrados que le ayudarán a lograr su plan, en una historia en la que "casi todo transcurre en la penumbra".
En cierta manera, Falcó podría verse como una continuación de uno de los personajes más emblemáticos creados por el autor, el capitán Alatriste, si bien matiza que entre ambos hay enormes diferencias. "Falcó es profundamente amoral, a diferencia de Alatriste, que es un héroe cansado con códigos morales", ha apostillado.
La idea de Reverte ha sido la de no contar con un protagonista que representara las "etiquetas" de una determinada época. "España es un país profundamente inculto que necesita etiquetas para aclararse, pero yo quería mover a mi personaje por una zona ambigua. Este espía es un lobo en un mundo de corderos, y a mi no me interesan para nada los corderos", ha explicado.
En este sentido, ha reiterado la importancia de que en una guerra no se hable únicamente de buenos y malos. "Tengo una ventaja y es que a mi las guerras civiles no me las han contado, porque he estado en siete. Cuando estás fuera de la guerra sí es posible decir eso de buenos y malos, pero cuando te acercas con la cámara, ya no está tan claro, porque te encuentras con seres humanos", ha añadido.
LAS MUJERES 'REVERTIANAS'
De nuevo en su novela aparecen personajes femeninos "muy revertianos", en los que la mujer parece mostrar más valentía que los hombres. "Con los años he descubierto que la mujer tiene un coraje superior a los hombres en situaciones de crisis o peligro, aguantan mejor las tragedias, y son razones históricas, biológicas y genéticas: han sido muchos siglos siendo víctimas del hombre", ha lamentado.
Pérez-Reverte se confiesa como un lector "muy tradicional" en cuanto al gusto por la novela negra o de espionaje --cita a John Le Carré o Frederick Forsyth entre sus favoritos-- y no está interesado en el actual 'boom' del género, gracias principalmente al impulso de la novela nórdica.
TOM CRUISE Y JASON BOURNE
De hecho, uno de los principales defectos que ve en las actuales novelas es el hecho de que la tecnología "lo resuelva todo" y deje
únicamente "un papel casi testimonial" a los hombres. "Para eso me voy a ver una película de Tom Cruise o de la saga de Jason Bourne", ha comentado con humor.
El "placer" que ha sentido el autor a la hora de escribir esta novela le ha llevado a dejar un final más abierto y, por tanto, contar con que habrá más entregas del espía Falcó, seguramente ambientadas en otra época. De hecho, Pérez-Reverte ha reconocido que ya está trabajando en una segunda entrega, aunque sin fijarse plazos.