Rubens, fue probablemente, el pintor de bocetos europeo más importante. El Museo del Prado ha reunido 73 bocetos procedentes de museos como el Hermitage o la National Gallery que muestran hasta qué punto Rubens fue un innovador de esta técnica. Porque Rubens convirtió muchos bocetos, de meros dibujos, en verdaderos cuadros al óleo. Ese avance fue revolucionario. La muestra podrá verse desde hoy hasta agosto.
PARTE DE SU PROCESO CREATIVO
Rubens pintó más de 500 bocetos al óleo a lo largo de su carrera y convirtió estos trabajos preparatorios de sus cuadros en una parte fundamental de su proceso creativo, que el Museo del Prado muestra ahora en una exposición sobre esta faceta menos explorada del maestro flamenco.
"Rubens. Pintor de bocetos" es el título de la exposición organizada por el Museo del Prado y el Museo Boijmans Van Beuningen de Róterdam en la que se han reunido 73 trabajos pintados al óleo por el belga, considerado el pintor de bocetos más importante de la historia del arte europeo.
Una exposición "que traspasa" al propio Pedro Pablo Rubens (1577-1640), ha asegurado hoy Alejandro Vergara, jefe de conservación de pintura flamenca del Museo del Prado y comisario de la muestra junto a Friso Lammertse, conservador de pintura antigua de la pinacoteca de Róterdam. En sus bocetos, Rubens "invita a mirar de cerca" sus pinturas y "nos cuenta historias", ha indicado Vergara, que ha explicado cómo sorprende "la cantidad de alma" que pone en estos trabajos.
LAS DOS MAYORES COLECCIONES
El Prado y el Boijmans poseen las dos mayores colecciones que existen de los bocetos de Rubens, a las que se han unido para esta exposición obras procedentes de instituciones de todo el mundo como el Louvre, el Hermitage, la National Gallery o el Metropolitan de Nueva York.
Y junto a los 73 bocetos que se pueden contemplar en el Prado, otra veintena de obras entre dibujos, estampas y pinturas del propio Rubens que dan contexto a las obras reunidas en esta muestra, la cual en septiembre llegará al Museo de Róterdam.
Antes de Rubens muy pocos pintores -solo en Amberes e Italia- practicaron el boceto con pintura al óleo, ya que lo que se utilizaba hasta entonces era el dibujo, pero el maestro flamenco amplió este proceso preparatorio incorporando esa técnica en soportes más duraderos que el papel, principalmente madera, ha recordado Vergara.
VERDADERAS PINTURAS
Aunque al hablar de bocetos se piensa generalmente en trabajos pequeños y poco terminados, en Rubens son muy variados y pasaron de ser dibujos a pinturas realizadas como preparación de otras obras, ya fueran pinturas, tapices, esculturas o elementos arquitectónicos.
Bocetos que tienen dimensiones variables, desde el más pequeño realizado hacia 1627 y preparatorio de la serie sobre la Eucaristía, de 9 por 7 centímetros, hasta un san Gregorio de 1606, de 147 por 120 centímetros.
También el acabado de los bocetos de Rubens es muy variado, y, aunque hay algunos que son simples apuntes, la mayoría están terminados con mucho detalle, de tal forma que sus composiciones se acercan a su estado definitivo: "Un boceto está terminado en el momento en el que cumple su función", ha explicado Vergara.
Una herramienta que cumplió varias funciones, ya que, además de servirle para preparar ideas sobre una nueva composición, Rubens los utilizaba para enseñárselos a los clientes que le habían encargado una obra o como guía para sus colaboradores, ha destacado el comisario, que ha señalado que los bocetos que se muestran en la exposición son de la mano del propio Rubens y no de los discípulos de su taller.
Debido a que su pintura era muy valorada ya en vida del maestro, algunos de sus clientes le pidieron quedarse también con los bocetos por su terminación, ha relatado Vergara, que ha agregado que Rubens prefería conservarlos. Así, los clientes pagaban por la pintura, y él se quedaba con el estudio preparatorio, como ocurrió en 1620 con los jesuitas de Amberes, a los que prefirió pintar otro retablo más a entregarles los 39 bocetos que había pintado para los techos de su iglesia, ha explicado.
De esta serie, los cuadros finales fueron pintados por Van Dyck y otros discípulos de Rubens y quedaron destruidos en un incendio en 1718. Cinco de los 39 bocetos se exponen ahora en el Prado. Como "epílogo" a la exposición, patrocinada por la Fundación Axa y que estará en el Prado del 10 de abril al 5 de agosto, un pequeño boceto de un retrato de Clara, la hija de Rubens, cuando contaba con cinco o seis años y donde el maestro "va más allá de lo visible y lo que pinta es el amor por su hija", ha recalcado el comisario Vergara.