Con el orgullo aún henchido tras haber sido nombrado Hijo Predilecto de Andalucía hace unos días, David Bisbal ha demostrado este martes en el primero de los conciertos en Madrid por su vigésimo aniversario que la natural inclinación por este artista al que toda España vio nacer hace dos décadas no es solo regional.
Raphael, Lola Índigo, Rosa López o Rayden han sido algunos de los muchos rostros conocidos que han arropado al almeriense en la primera de las 20 noches de música que ofrecerá en el Teatro Albéniz de la capital, tantas como años de éxito, con todas las entradas agotadas para disfrutar en un formato inusual por íntimo de esta estrella global.
La historia de su ascenso meteórico es de dominio público. En octubre de 2001 un vitalista chico anónimo de cabello rizado que provenía de cantar en orquestas entra a concursar a la primera edición del programa "Operación Triunfo" de TVE.
Clasificado en segundo lugar, se vio volando a Miami para grabar su primer álbum junto a un coloso de la época como el productor Kike Santander, colaborador de figuras como Gloria Estefan, y así surgió su primer álbum, "Corazón latino" (2002), al que siguieron seis más hasta "En tus planes" (2020) y ventas estimadas en 4 millones de copias en todo el mundo.
"Presentarte a un programa de música no te asegura de por vida una carrera musical. (...) Lo que hay que hacer es esforzarse por ganar en la vida, porque si no bates las alas fuerte, vuelves al suelo", afirmaba en una entrevista con EFE cuando en 2022 como primera conmemoración de esos 20 años organizó un concierto de aforo multitudinario en su tierra natal para el que las entradas volaron.
"¿Cómo va quedarse esto en Almería?", se preguntó entonces el artista, tal y como ha recordado al inicio de esta velada de 2 horas en la que desde el principio ha dejado claras las pautas: "No va de romanticismo ni de quedarse callado o sentadito. ¡Esto es para celebrar y cantar canciones que hace muchos años no cantamos!".
No ha tardado en corroborar dicha premisa cuando, poco después de saltar al escenario con un "total look" de color berenjena, ha interpretado en loor de multitudes temas tan seminales como "Corazón latino" o "Ave María" con nuevos arreglos y cinco músicos tras el piano, la batería, el bajo y las guitarras eléctrica y española.
Ha habido espacio para baladas como "Dígale" o "Quiero perderme en tu cuerpo", aunque ha sido en los tiempos rápidos donde el público ha vibrado especialmente, como con "Lloraré las penas", "Camina y ven" u "Oye el boom".
"Me estoy dando cuenta de que me quedan 19 conciertos y medio y luego me dicen que me dosifique", ha bromeado por el intenso ritmo del "show", en el que no han faltado las volteretas con patada a las que su apellido puso nombre, por ejemplo acompañando el nuevo arreglo más flamenco para "Bulería" con el que ha echado el resto.
Bisbal ha seguido desgranando "hits" como "Silencio" o "Esclavo de sus besos", sencillos todos de radiofórmula amarrados al imaginario colectivo hasta que, en su recorrido cronológico hacia el presente, ya en la segunda parte del concierto se ha notado su predilección por tempos más lentos y "matices" que le llevaron a directos históricos como el del Carnegie Hall de Nueva York.
Ha sido el tramo en el que ha sonado su versión acústica de "Lucía" de Joan Manuel Serrat o de "Y si fuera ella" de Alejandro Sanz, entre confesiones como que ha estado "enamorado y peleado con la música y con la voz" por los sacrificios que exige.
Arropado con la bandera de su tierra ("Que viva Andalucía", ha proclamado) ha emprendido la última parte, la de "Perdón", "A partir de hoy" o "Si tú la quieres" que lo han seguido confirmando como uno de los superventas españoles en su camino a un inminente octavo disco del que esta noche ha sonado "Ajedrez" como apostilla y como una mirada confiada en su futuro.