"Revival" de los 80. "Dinastía", protagonista de la pasarela madrileña
Vuelven las hombreras y las mujeres poderosas
La estética de los años 80 se ha instalado estos días en la tercera jornada de la pasarela madrileña.
El secreto y el éxito de Jorge Vázquez radica en su buen hacer y en el conocimiento exhaustivo de su clienta, para quien ha confeccionado una colección inspirada en las protagonistas de la serie "Dinastía", Krystle Carrington y Alexis Colby, un duelo que desemboca en unas prendas "angelicales" y en otras más "agresivas".
Vuelven las hombreras y las mujeres poderosas. Para interpretar a la buena de la serie, Krystle Carrington, Jorge Vázquez ha recatado vestidos de manga larga, guantes largos de piel y abrigos de zorro, mientras que a Alexis Colby la ha presentado con vestidos cortos y medias de "plumeti".
Este viernes, la década más cardada sigue protagonizando las pasarelas con la explosión de bodis de Andrés Sardá, marcadas hombreras en los vestidos de The 2nd Skin Co y talles altos en los pantalones de Hannibal Laguna.
La imagen de Jane Fonda haciendo "aerobic" ha sido la fuente de inspiración de Nuria Sardá para subir a la pasarela una colección "desenfadada y hedonista". "Nos hemos sumado a la tendencia 'see now, buy now' (lo veo, lo compro): no queremos hacer esperar al consumidor", ha dicho a Efe la diseñadora catalana en referencia a que esas prendas ya se pueden adquirir en sus tiendas.
Con un explosivo bodi metalizado, cinta roja sobre la frente y calentadores amarillos, el singular cantante Mario Vaquerizo ha comenzado un desfile en el que las prendas deportivas han robado el protagonismo a la lencería y a la ropa de baño, santo y seña de la la firma.
Escotes en uve, cortes asimétricos y bañadores escotados, junto con tops por encima de la cintura están presentes en el baño, piezas que la diseñadora ha confeccionado en licra y charol coloreados en amarillo, azul, rojo y verde.
El brillo y la fantasía, con un punto de exceso, se imponen entre el tejido de policloruro de vinilo y la piel para remarcar sinuosas siluetas, las que podría haber lucido Sue Ellen en la serie "Dallas", con prendas femeninas en las que dominan las tonalidades doradas y plateadas.
Los años ochenta supusieron una nueva forma de estar en el mundo, una época de una cierta rebeldía y de descaro que la firma The 2nd Skin Co traduce en siluetas ceñidas, escotes en uve y una relativa importancia a las hombreras. "No queremos caer en el disfraz", han explicado Juan Carlos Fernández y Antonio Murillo, creadores de la firma.
Inspirándose en Grace Jones, Marie Helvin y Jerry Hall cuando compartían apartamento en París, The 2nd Skin Co sube a la pasarela minivestidos, otra prenda muy extendida en aquella década, que hoy se actualizan con un largo de falda de cuarenta y tres centímetros, una longitud que invita a lucir pierna.
A lo largo del desfile se han presentado desde siluetas superceñidas a marcadas cinturas y hombros estructurados, unas líneas que a esos diseñadores les han permitido abandonar sus propuestas más ñoñas y románticas para mostrar una mujer elegante y sofisticada.
Por primera vez, The 2nd Skin Co trabaja el punto, los estampados geométricos y el "tweed", tejido que con el que ha confeccionado trajes de chaqueta, un estilismo que desvela las nuevas intenciones de la firma con su segunda línea más casual, lejos de sus propuestas para las alfombras rojas con las que han cosechado tanto éxito en España y en Los Ángeles.
Hannibal Laguna se traslada a los ochenta con pantalones pitillos de talle alto, hombros marcados, tejidos dorados y bordados con hilos de oro pero con la mirada en la cultura del sol naciente, de Japón a Tailandia, para construir la colección Orient Bloom.
En este trabajo "aparecen bordados en vestidos fluidos, de costura, con guiños de 'prêt à porter'", ha comentado el diseñador, que, en breve, presentará una colección para el día a día.
"No me he remontado a los orígenes de la cultura oriental", dice Laguna, aunque sí ha rescatado alguna de sus imágenes en bordados de cristal con efecto lluvia que dibujan flores orientales en una "explosión de color", detalles elaborados por los artesanos de la alta costura de París.
Una colección que no pierde su mirada al lujo y a la noche con hilos de oro y terciopelos tintados a mano para "conseguir colores más iridiscentes".
Diseños confeccionados en encaje de Chantilly con lentejuelas y garza de seda plisada en faldas dan paso a pantalones tobilleros de talle alto y vestidos en tonos "nude", "el nuevo negro de la pasarela", ha remarcado.
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