Los fans de los Rolling reciben ansiosos su nuevo álbum en el frío Londres
Centenares de fans de los Rolling Stones salieron a las frías calles de Londres para ser los primeros en hacerse con una copia de "Blue & Lonesome", el primer disco de estudio de sus "Satánicas Majestades" en más de una década que sale hoy a la venta.
A primera hora de la mañana centenares de personas hacían cola en las entradas de las tiendas de discos más populares de la ciudad, entre ellas, "Sounds of the Universe", donde el grupo ensayó en 1962, cuando empezó a dar sus primeros conciertos.
Los admiradores de la banda querían ser los primeros en obtener la nueva obra del cantante Mick Jagger, el guitarrista Keith Richards, el bajista Ronnie Wood y el batería Charlie Watts.
No obstante, algunos de los que esperaban pacientemente bajo los grandes labios y lengua -mítico logo del grupo- que recubrían todo el edificio, desconocían que solían practicar en ese espacio antes de sus actuaciones, pues en aquella época el negocio era un bar.
A las ocho de la mañana las letras de "record" (disco), que coronaban la puerta de la pequeña tienda en el corazón de Soho, se iluminaron y, en la fila, compuesta por gente de distintas generaciones cubierta de abrigos, guantes y gorros, se oyó un murmuro de excitación.
Victor De Franceschi fue uno de los primeros en salir del local con una gran sonrisa y varias bolsas entre sus manos, dentro de estas tenía el nuevo LP de la banda, un póster y una camiseta.
"Llegue aquí a las 5.30 de la mañana, fui el segundo, el que estaba delante de mí llegó a las 4.30", apuntó a Efe este estudiante brasileño de Filosofía que se asentó en la capital del Big Ben hace tan solo dos meses.
Aún en la larga cola, Matt Lee se resguarda del frío bajo una colorida bufanda y humor. "Estoy esperando aquí porque he oído que venden el mejor bocadillo de la ciudad", bromeó el británico.
Tras unas risas, este empresario confesó que llegó de madrugada a la espera de hacerse con "el primer disco de estudio en 11 años", de lo que él considera la "mejor banda de rock and roll del mundo".
Además eligió este tienda para comprar el disco porque el local daba una edición limitada de un póster a los primeros 100 clientes.
Las canciones favoritas de Lee son "Dead Flowers" y "Worried About You", ya que, dependiendo de su estado de ánimo, se decanta por la una o la otra.
Su afición por la banda empezó en 1995, la primera vez que les vio en directo, pues le cautivó la energía del grupo en vivo. Y, desde entonces, les ha visto "130 veces en 25 países".
Sean Pleaser, otro de los fans que esperaba para hacerse con un disco y un cartel, también ha seguido a los músicos alrededor del globo y él lo tiene claro: "España y Sudamérica son los mejores sitios para ver a los Stones, porque los latinos hacen vibrar a los componentes aún más".
A diferencia de Lee, este economista de Cambridge no puede decantarse por su tema favorito: "es una pregunta trampa... eso es como preguntar cuál es tu hijo favorito, no puedo decantarme por uno, son todos buenos", opinó Pleaser que se enamoró de la banda en 1982 cuando tenía 12 años.
A la salida de la tienda, un argentino de 44 años que descubrió la música rock a los seis años mediante los álbumes de su tío se inmortalizó con sus compras frente al establecimiento.
Tras tomar varias fotos, Esteban García explicó a Efe que la razón por la que el logo de la lengua en esta ocasión es azul es porque, por primera vez, el grupo británico ha creado un proyecto basado enteramente en versiones de clásicos de gigantes del "blues".
Desde hace un par de meses, en los muros de las calles de la capital británica han ido apareciendo imágenes de esta lengua azul. En esta publicidad, no aparecía ni el nombre de nuevo disco ni el de la agrupación, pues "Blue & Lonesome" ha estado envuelto bajo un gran secretismo durante su producción.
Los doce temas del nuevo trabajo fueron grabados por los cuatro músicos en solo tres días en los estudios londinenses British Grove.
Otro admirador, Peter Dheo, posó con el vinilo a la salida del local con gran felicidad, pero su ánimo cambió al confesar que no podrá escuchar el disco hasta dentro de ocho horas, cuando termine de trabajar.
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