Salvador Comelles publica una "declaración de amor hacia los árboles" | Archivo
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"No he escrito una guía de la Naturaleza, de especies reales, sino una obra literaria, una especie de declaración de amor hacia los árboles", ha explicado Salvador Comelles, escritor de narrativa infantil y juvenil, a propósito de su última publicación titulada precisamente ‘Árboles’.

No obstante, "aunque hable de árboles imaginarios, muchos elementos conectan con los reales y con lo que representan para nosotros, desde un punto de vista ecológico, pero también cultural y simbólico", ha precisado el también profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona.

De hecho, ‘Árboles’ (Grupo Anaya) es "una especie de capicúa" porque habla de árboles precisamente sobre el papel, un producto manufacturado a partir de ellos.

El árbol puerta, el árbol de los secretos o el árbol faro son algunos de los protagonistas de este libro que cuenta con ilustraciones de Mónica Armiño y en el que el autor no quería utilizar "los recursos habituales de una guía didáctica" sino mostrarlos "a través de un personaje que nos habla de cada uno y de su relación particular con él".

Un viaje personal

Por ello algunos árboles reflejan las características del ser humano como el árbol curioso, el árbol viajero o el árbol miedoso, "mientras que otros van más por libre y aún así se trata de ver qué relación podemos tener con ellos" en un viaje personal.

Entre pinos y encinas

Así, el árbol interior, que cierra el libro, "resume un poco este simbolismo de crecimiento personal de todo el texto y cómo nos podemos ver reflejados en estos seres vivos" cuya fuerza "aparte de su valor natural y ecológico, reside en su poder simbólico que combina el enraizamiento con su capacidad de subir hacia el cielo".

Comelles confiesa que su relación particular con la Naturaleza en general y con los árboles en particular "es importante a muchos niveles" y recuerda que este libro fue escrito "en parte en un pueblecito pequeño rodeado de bosques, de viñas, muy mediterráneo y también de campos de olivos", alternando el trabajo en el estudio con los paseos entre el arbolado de la zona.

Si tuviera que escoger sus árboles preferidos, asegura que sería difícil porque "hay muchos" aunque destaca que los encinares y los pinares son bosques muy ligados a su infancia y a su forma de vivir.