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Sergio Dalma celebra este sábado 25 años de carrera musical con la grabación de un concierto en la plaza de toros de Las Ventas, en un momento especialmente óptimo de su trayectoria, que será tan larga -vaticina- como quiera el público y le aguanten la cabeza y la voz.

"No quiero que sea la gente la que me despida, quiero ser yo el que lo deje antes, no quiero llegar a verme arrastrándome por un escenario", ha dicho el cantante, que cumplirá 50 años el 28 de septiembre y que hoy durante una entrevista con Efe lucía piel tostada tras unos días de playa en los que ha recargado las pilas para la cita.

Nervios, los justos. Las horas previas al concierto piensa disfrutarlas junto a su familia, que llegará desde Barcelona para estar con él, y, como suele hacer antes de los conciertos, comprará un "vinito" que saboreará a la salud de la ocasión.

Advierte que cada vez que ha actuado en una plaza de toros el resultado ha sido "especial", así que no puede imaginar mejor lugar para celebrar su aniversario que "el templo" de Las Ventas, donde tantas otras veladas musicales míticas se han realizado.

El italiano Nek y dos invitados sorpresa más se le unirán durante un show en el que hará un "lavado de cara" a temas que forman parte de la banda sonora de muchas personas y que, "como buena materia prima", han resistido el paso de más de dos décadas.

Junto a éxitos más recientes, sonarán "Galilea", "Esa chica es mía", "La vida empieza hoy" -su favorita, por el mensaje- y "Bailar pegados", que le consagró durante su participación en Eurovisión en 1991, recuerdos vivos que lo trasladan a sus veintipocos años, cuando era un intérprete de sintonías publicitarias deseoso de triunfar con sus propias canciones.

"Este es el trabajo que me gusta, nunca he perseguido la fama", precisa Dalma, que no entiende a esa gente que persigue la popularidad vacía y que se ha aferrado a la "ilusión" continua para hacer de su oficio, aún ahora, una fuente de alegrías. "No permito que esto se convierta en una rutina", apostilla.

De lo mejor que le ha regalado la música, destaca el agradecimiento del público. Entre lo más duro, los continuos viajes que le han obligado a perderse momentos importantes de su vida y tantas Navidades en casa. "No he dejado que la fama me jodiera la vida", responde, al preguntarle si alguna vez ha maldecido su faceta pública.

Si por algo se ha labrado un nombre Sergio Dalma, nacido Sergi Capdevila, es por haber puesto voz y cuerpo durante 25 años a la figura del cantante romántico. ¿Es eso un demérito en España?

"La música es música. Para mí todo tiene valor, aunque antiguamente a este tipo de género se le llamara 'canción ligera', como con un matiz peyorativo", argumenta quien se reivindica como "un cantante de pop" y que fue, a la sazón, el artista de mayor éxito comercial en España en 2010 con "Vía Dalma".

Este y su segunda parte son dos de los discos de su vida, pero hay más entre los 16 álbumes que jalonan su producción. Ahí están, recuerda, "Sintiéndonos la piel" (1991), el segundo, con el que llegó su confirmación como artista; "A buena hora" (2008), que considera su salto a la madurez, y el último hasta la fecha, "Cadore 33" (2013).

En breve se le unirán al menos un par más. En fecha no muy lejana editará este concierto en formato CD+DVD y ya tiene la mente puesta en un nuevo álbum de estudio, que le gustaría que estuviera listo para finales de 2015.