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Hasta el 30 de julio, el Festival Experimental de Teatro Clásico nos trae a escena grandes obras de Shakespeare, Zorrilla y John Ford. Y lo hace con una estética y lenguaje contemporáneos, que no deja indiferente a nadie.

Una oportunidad para ver a los clásicos en un espacio menos convencional. Podremos ver una Yellow Macbeth que rehabilitará el icónico texto de Shakespeare llevado a una suerte de danza macabra de ambición y muerte; una Bella durmiente que, a casi 500 años de su primera puesta en escena, se despierta proyectando el conflicto de los abusos sexuales, aprovechando que en el cuento original la protagonista se dormía virgen y despertaba madre de gemelos; la reinterpretación de Lo que son las mujeres tirará de humor desenfadado y perspectiva cañí para convertirlo en Guateque 69.

Asimismo, podremos ver desde otras versiones libres de textos shakesperianos como La tempestad o Hamlet, pasados por perspectivas oníricas y psicológicas; a la imponente belleza visual de Aparece un corazón en un descampado que rehace el Lástima que sea una puta de John Ford; y hasta un ambicioso proyecto que explora a través de la obra de Hildegarda Von Bingen cuestiones como la mujer, la escritura y la experiencia interior.