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Entre los estrenos de cine para este 2017, el próximo viernes destaca la última pelicula de Martin Scorsese. Su nombre Silencio, y en ella se relata la odisea de los misioneros cristianos en el Japón Medieval. Una obra que ha cosechado el respaldo mayoritario de la crítica.

Martin Scorsese es un director católico y ésta es su película jesuita. Porque Silencio es un ejercicio espiritual al más puro estilo de San Ignacio de Loyola: meditación y oración. Para el director italoamericano, además, una penitencia. 30 años ha tardado en culminar el proyecto frente a un Hollywood que no reza demasiado.

Dos misioneros jesuitas, Rodrigues y Garupe, Adam Driver y Andrew Garfield, parten hacia un Japón medieval para encontrar al desaparecido padre Ferreira, inerpretado por Liam Neeson. A partir de ahí los protagonistas sufren una despiadada persecución a cargo de los shogun nipones, contrarios a la expansión del catolicismo.

Driver, actor de glorioso presente, apunta la reverencia que sentía antes de acudir intimidado al rodaje con el septuagenario director.

La moral católica siempre ha estado presente en la filmografía de Scorsese, a través del pecado, la culpa y la redención. En esta ocasión, más que una película ha rodado una experiencia.