"Silencio en la nieve", la búsqueda de un asesino en serie en la División Azul
El film está dirigido por Gerardo Herrero
La búsqueda de un asesino en serie en un contexto donde se mata gente. Una paradoja sobre la que se sostiene "Silencio en la nieve" de Gerardo Herrero, un thriller ambientado en la Segunda Guerra Mundial, entre los miembros de la Divisón Azul enviada por Franco para ayudar a los nazis en Rusia.
El filme, que cuenta con un convincente diseño de producción y se estrenará este viernes en toda España, está protagonizado por Carmelo Gómez y Juan Diego Botto, quienes dan vida a los dos militares encargados de la investigación policial.
Pero la búsqueda del asesino no es más que una excusa para otra búsqueda, la del calor en el prójimo en un entorno frío y deshumanizado, donde las personas están obligadas a callar su opinión y en el que la vida tiene un valor relativo.
Será exactamente esa investigación la que permita preservar su lado más humano al ex inspector Andrade (Botto) y al sargento Estrada (Gómez), asignados a un caso que comienza con el descubrimiento del cadáver de un soldado, al que han grabado a cuchillo la inscripción "Mira que te mira Dios".
LA PELÍCULA EVITA ELUDIR A IDEOLOGÍAS
Inspirada en la novela de intriga "El tiempo de los emperadores extraños" de Ignacio del Valle, la película, como thriller por encima de todo, huye del maniqueísmo, y es que Herrero, como ha señalado hoy durante la presentación del filme, evitó "juzgar según su ideología a quienes se enrolaron en la División Azul".
Así, dejando a un lado las cuestiones políticas o ideológicas, Herrero ha intentado "entender y respetar a aquellos militares", centrándose en el aspecto humano de unos personajes para quienes el honor es un eje fundamental en su comportamiento.
Botto ha admitido que el concepto del honor planea a lo largo de todo el filme, reflejado en "esa relación de amistad que surge entre los dos protagonistas, y en cómo asumen su misión por absurda que sea, como si fuera lo único que tiene sentido en un entorno carente de él".
Más allá del atractivo que supone retratar un capítulo de la historia de España que apenas se ha visto reflejado en la pantalla, Herrero se sintió seducido principalmente por el argumento de la novela, aunque, tras el "largo" proceso documental correspondiente, se volvió "todo un apasionado de lo relativo a la División Azul".
Un episodio histórico que califica de "muy interesante" y que ha estudiado a fondo para mostrar, de la mejor manera posible, "cómo se sentían los españoles que fueron allí, quienes en su mayoría no hablaban ruso ni alemán", lo que hacía muy difícil la convivencia y el entendimiento.
Gómez, que hizo el servicio militar obligatorio, considera que "en ese entorno castrense donde el individuo queda reducido a la nada, los amigos que se hacen allí no se olvidan nunca" y, como queda reflejado en la cinta, "lo humano acaba trascendiendo en la guerra".
"Es en las situaciones donde te anulan cuando más buscas el calor de un amigo", ha reiterado Gómez, quien supo entenderse con Botto a los pocos días de rodaje, un intérprete con el que nunca había coincidido.
El actor Víctor Clavijo, que da vida a otro de los personajes principales, considera su papel "un regalazo", y es que es un "gran aficionado a la historia y a la Segunda Guerra Mundial en concreto, algo raro de ver en el cine español", ha concluido.
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