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Desde Velázquez a Barceló, pasando por Goya, Sorolla, Picasso o Dalí, el palacio de Bellas Artes (Bozar) de Bruselas repasa en una exposición el arte español a través de sus bodegones.

Una evolución muy propia de la pintura española que podrá verse hasta el próximo 27 de mayo.

La exposición arranca en los orígenes del bodegón, documentados en Toledo en el siglo XVI, "Bodegón con membrillo, repollo, melón y pepino" (1602), de Juan Sánchez Cotán, albergado en el Museo de San Diego (California).

Hasta entonces solo las escenas religiosas, históricas o retratos acaparaban el arte, pero estas composiciones comenzaron a hacerse populares entre las élites, atraídas por esa representación de objetos cotidianos.

En total, "Spanish still life" (Bodegón español) reúne 77 piezas cedidas por centros españoles como el Prado o el Reina Sofía; la National Gallery, de Londres; el Louvre y el Pompidou, de París; los Uffizi, de Florencia, o el MoMA de Nueva York, y por colecciones particulares.

El recorrido hace parada en los llamados "desengaños del mundo", entre los que destacan las composiciones de Antonio de Pereda, como "El sueño del caballero" (1650), cedida por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Unas composiciones que elaboraron también Velázquez, con su "Cristo en casa de Marta y María" (1618), o Francisco de Goya, que realizó una serie de doce naturalezas muertas, dos de ellas ahora en Bruselas.

Dos artistas vivos, Antonio López y Miquel Barceló, cierran un viaje pictórico que busca conectar el pasado con el presente" y mostrar que el bodegón "no es un género arrinconado sino que se sigue trabajando sobre él.

El carácter actual y vivo de este género se representa en "La gran cena española" (1985) del artista contemporáneo mallorquín y procedente del Reina Sofía, que retrata la cocción de varias paellas en plena ebullición.

En el camino se encuentran artistas que trabajaron menos el bodegón como Joaquín Sorolla, con dos visiones más románticas del mismo, de colecciones particulares, hasta la ruptura de las vanguardias, del cubismo, con Picasso y Juan Gris, una deconstrucción de los objetos con un lenguaje completamente nuevo, al surrealismo de Dalí y la abstracción de Fernando Zóbel.