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Este viernes llega a los cines la última película de Steven Spielberg, 'Mi amigo el gigante'. Una historia de amistad entre una pequeña huérfana y un gigante con un gran corazón que intenta salvar su vida.

Steven Spielberg considera a esta historia su primer cuento de hadas y la vez que más cerca ha estado de filmar una historia de amor entre una niña Sofie y el gigante bonachón.

TAREA ABRUMADORA

Steven Spielberg rara vez ha huido de un desafío, desde sus tiburones mortales en su película 'Tiburón' hasta la resurrección de dinosaurios en 'Parque Jurásico', pero cuando se trata de crear a 'Mi amigo el gigante' ('The big BFG', en inglés), su última película, el veterano director se ha encontrado con una tarea "abrumadora".

"Generalmente trato de estar a la vanguardia de la tecnología, -cuenta Spielberg- pero esta vez iba por detrás. Tardé dos semanas en llegar a acostumbrarme y darme cuenta realmente de cómo podría utilizar de la mejor manera la técnica de captura de movimiento".

'Mi amigo el gigante' cuenta la historia de Sofía, una niña huérfana que se encuentra con su Gran Amigo el Gigante, interpretado por el oscarizado actor británico Mark Rylance y que ha dado vida por medio del uso de la captura movimiento y la animación.

NO ES UN GIGANTE CUALQUIERA

El personaje principal de la película, basada en el libro del mismo nombre del autor británico Roald Dahl, no es un gigante cualquiera. Él no come niños, a diferencia de otros gigantes, y en su lugar acumula y crea sueños que extiende por todo el país bajo el manto de la noche.

Cuando Sofía, interpretada por la debutante Ruby Barnhill, ve en la noche a su Gran Amigo el Gigante, él decide volver a su casa en la tierra de los gigantes por miedo a que ella pueda revelar su secreto.

La valiente niña se convierte rápidamente en su amiga y confidente que ayudará al amable y gentil gigante a defenderse del acoso de gigantes mayores e incultos.

Mark Rylance da vida al entrañable gigante, poniéndose en la piel de su personaje mediante captación de movimientos. "Es un gran proyecto en el que me gusta estar implicado, explorando este matrimonio entre la tecnología y el trabajo de siempre; funciona y es un gran paso adelante"

"Cuando rodaba El Puente de los espías y había elegido a Mark –dice Spielberg- después del primer día de trabajo supe que había encontrado a mi amigo el gigante, aunque el papel de espía ruso que interpretaba era muy diferente. Hay algo en Mark que le permite hacer cualquier cosa".