Con buena parte del publico puesto en pié y aplaudiendo. Así es como ha recibido el Teatro Real el regreso de Nacho Duato a España con su "Bella durmiente", un clásico, pero revisado y tocado con algún símbolo más actual y transgresor, como la bruja mala convertida en travesti.
Después de dos décadas al frente de la Compañía Nacional de Danza (CND), de donde se marchó en 2010, y tras pasar cinco años en el ballet de Mijailovsky de San Petersburgo, Nacho Duato ha vuelto a España con la compañía alemana Staatsballet, que dirige en la actualidad, y lo ha hecho con un ballet clásico, un estilo que no practicó en España por lo que fue muy criticado.
Sin embargo, ha sido este simbólico clásico de Tchaikovski y coreografía de Marius Petipa que se estrenó en 1890, el elegido por Duato como su primera carta de presentación para su regreso.
Un estreno que ha creado mucha expectación ya que, además, es el programa con el que el Teatro Real inaugura la temporada de otoño. Rostros como Miguel Bosé o Nuria Espert no han querido perderse el regreso del coreógrafo valenciano, que ha puesto su sello y estilo a una coreografía con nueva narrativa.
En una producción de un millón y medio de euros y con una escenografía espectacular, con más de 150 trajes, el cuento de hadas escrito por Perrault en 1967 ha contado esta noche con un ingrediente diferente, la malvada bruja Carabosse, ha sido encarnada por una drag queen, un travesti guapo y con mucha presencia que ha puesto el punto canalla y rompedor al ballet.
Una figura potente sobre el escenario, vestida de negro que da impulso y fuerza con su movimientos y pasos, algunos casi acrobáticos, y que ha contrastado con los colores pasteles, en tonos verdes, rosas, azules o naranjas, que han envuelto al resto de los bailarines y a la escenografía, ya sea la de los grandes salones o la de los verdes bosques.
Gatos y ratas punkis también han compartido escenario con los bailarines y sus virtuosos pasos, sus fouettés y sus pasos a dos, sus saltos o piruetas que han sido lo más aplaudido de la noche.
Con escena y figurines de Angelina Atlagic, la "Bella durmiente" de Duato, ha contado con tres actos y dos horas y cuarenta minutos de duración, 20 minutos menos que el clásico de Petipa. Y ha tenido a Pedro Alcalde como director de orquesta, quien ha sido muy aplaudido y ovacionado junto a la orquesta titular del Teatro Real.
Para algunos de los asistentes, a los bailarines se les notaba que les faltaba más trabajo de clásico y algún otro también ha criticado la versión de Duato porque no "transmitía fuerza". "Se ha inventado toda la coreografía", decía un hombre en el patio de butacas.
Pero estas opiniones han sido minoría, porque en la mayoría ha salido del teatro entusiasmada por esta versión, que parecía tener guiños para la gente más joven, como indicaba el propio Duato en una entrevista. "Este es un clásico para el siglo XXI", decía.
Nacho Duato (Valencia, 1957) creó esta versión del clásico a su llegada a la dirección artística del Teatro Mijailovski, de San Petersburgo, entidad que le contrató nada más dejar el CND, donde fue un éxito, al igual que después lo fue en Berlín, donde la llevó después.
La "Bella durmiente" estará en el Teatro Real los días 5 y 6 de septiembre y después Duato estrenará también con su compañía, la Staatsballet de Berlín, tres coreografías contemporáneas, los días 8 y 9 de septiembre: "And the Sky on that Cloudy Old Day", de Marco Goecke, y "Static Time" y "White Darkness", las dos últimas creaciones de Nacho Duato.-