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Desde que las canciones de Lori Meyers se dejaron invadir por los teclados, parecía impopular alabar las bondades de los granadinos, pero su oficio se ha impuesto a los prejuicios y han sido ellos y, claro, los vigorosos británicos The Horrors, quienes han agitado un Día de la Música falto de temple.

Ante una asistencia de varios miles de personas, similar a la de 2012 (la organización no facilita cifras hasta el día siguiente), el Matadero de Madrid ha acogido por tercer año consecutivo este festival que marca el inicio del verano, aunque no lo pareciera a tenor de la temperatura.

No han ayudado a caldearlo los humidificadores instalados en el escenario de Anni B Sweet, ni tampoco la timidez de la malagueña, que ha ganado presencia con los temas de su segundo disco, "Oh, monster!", nominado al mejor álbum de pop de los recientes Premios de la Música Independiente.

Cabe destacar su versión de "Religión", de Lori Meyers, junto al cantante original del tema, Antonio López "Noni", y el batería de Vetusta Morla, David García "El indio", haciendo coincidir a tres boyantes referencias del panorama español alternativo.

Ya en su concierto, "Noni" y el resto de los Meyer no ha hecho más que lo que de siempre, añadiendo a su colección de éxitos (como "Luces de Neón") los temas extraídos de su reciente quinto disco de estudio, "Impronta", bien recibido por la concurrencia.

Los granadinos tocan con entrega, empatizan con el público y consiguen sacarle palmas, movimientos de pies, coros, sonrisas... eso que convierte en fiesta a un festival y no en una mera cata auditiva.

A la misma hora, en otro escenario menos concurrido, los argentinos residentes en Bilbao Cápsula conseguían un efecto similar con su rock musculoso, en la línea de Foo Fighters, incluso cuando han tocado temas nuevos como "Dark age", que estarán en su nuevo disco, el cual ha sido supervisado, nada más y nada menos, que por Tony Visconti, productor de David Bowie.

Más gritos de entusiasmo han llegado con los británicos The Horrors y su punk-rock oscuro, que han visto crecer su prestigio con cada álbum y que en 2013 publicarán uno nuevo, el cuarto tras "Skying", "Primary Colours" y "Strange house".

El programa ofrecía otros posibles descubrimientos para el gran público, lo que es una de las bazas de este modesto festival madrileño, que basa su éxito en el acierto de las propuestas emergentes. Hoy han sido varias las que tenían su origen o abrigo en la electrónica.

Así, el neoyorquino Arthur Ashin, alias Autre Ne Veut, ha ofrecido destellos de genialidad a fuerza de mezclar melodías en la onda del R&B de "Purple rain" de Prince sobre estructuras más sintéticas y rupturistas.

La jornada ha comenzado con otra actuación interesante, la del londinense Deptford Goth, al que comparan con James Blake, aunque más orgánico y menos estratosférico. Le ha tocado lidiar con el primer turno y el coloquio de la primera caña de cerveza, por lo que su propuesta de electrónica intimista ha quedado ahogada por el jolgorio general.

Después ha sido el turno del pop limpio de Los Punsetes, de sus letras agudas e ingeniosas y de esa llamativa puesta en escena de su vocalista que se basa en no mover más que la boca, mientras los madrileños Hola A Todo el Mundo han dado un concierto impecable y evocador en el sonido, pero algo frío en la ejecución.

Quizás la principal carencia de la jornada ha sido precisamente que ha puesto en liza buena música, pero escasamente contagiosa, interpretada por bandas poco duchas en la interacción con la masa.

A ello hay que unir las dificultades para disfrutar de conciertos como el de los recientes teloneros de Muse en Barcelona, You Don't Know Me, al quedar solapados con otros grupos, una práctica común y casi lógica en foros grandes, pero difícilmente entendible ante un cartel con solo diez referencias.