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Tal día como hoy (el 22 de noviembre), pero de 1963 caía abatido en Dallas el presidente John Fitgerald Kennedy mientras paseaba en coche junto a su esposa Jacqueline. De aquel asesinato se culpó a Lee Harvey Oswald, pero ya desde el principio se cernieron numerosas dudas sobra la autoría única del magnicidio.

Oliver Stone con JFJK. Caso abierto (1991) puso en cuestión la teoría oficial. El fiscal Jim Garrison, interpretado por Kevin Costner, rebatía las tesis oficiales del asesinato. No fue la primera vez que el cine se hizo eco de la polémica. En 1973 (diez años después del tiroteo) David Miller presentó Acción Ejecutiva, protagonizada por Robert Ryan y Burt Lancaster. En la cinta, una conspiración trataba de evitar que los Kennedy se asentaran en el poder y se constituyeran en dinastía (además de evitar de paso la retirada de las tropas de Estados Unidos de Vietnam).

El interés, 48 años después, no decrece. Clint Eastwood presentará en enero de 2012, J.Edgar. El biopic sobre el primer y entonces director del FBI, Edgar Hoover, abordará de modo colateral el asesinato de Kennedy. Hasta Stephen King acaba de publicar su última novela con el título 11/22/63 (la fecha del magnicidio).

Los retratos sobre los asesinatos presidenciales no se limitan a la figura de Kennedy. Abraham Lincoln (el presidente de la abolición de la esclavitud) es retratado en La Conspiración de Robert Redford. La película que se estrena la semana que viene se centra en la pensión donde se tejió el complot para acabar con la vida del presidente. Pero el interés por Lincoln no acaba aquí. Steven Spielberg estrenará a finales del año que viene su visión de uno de los presidentes más recordados. Su título, Lincoln.