El Museo Nacional del Romanticismo de Madrid acoge desde esta jueves y hasta el 1 de marzo de 2015 la exposición 'El aura de los ciervos', del artista Miguel Angel Blanco, que en este proyecto pone en relación arte y naturaleza.
Esta exposición se enmarca en el programa 'Nuevas Miradas' que desde 2011 la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha desarrollado para ofrecer un nuevo enfoque en la lectura de las colecciones históricas de los museos estatales bajo el prisma de la creatividad contemporánea.
La intervención de Miguel Angel Blanco en este museo parte de una estampa de Fernando Brambilla, en la que unos ciervos saltan en primer plano asustados por una violenta tormenta eléctrica sobre Riofrío. A partir de aquí, el artista se interesa por otras apariciones de ciervos en piezas de la colección, que reflejan la fascinación por un animal con una carga simbólica ancestral, y dan idea de las distintas facetas que tuvo en ese período su representación artística.
Perviven tanto en temas paganos, como el mito de Diana y Acteón, o cristianos, como el ciervo crucífero, en las leyendas de San Eustaquio a San Huberto.
Los libros-caja son para el artista un particular microcosmos, contienen elementos naturales (botánicos, minerales, animales, entomológicos) precedidos por unas páginas que introducen a los visitantes a esos materiales mediante dibujos, grabados o impresiones fotográficas.
El recorrido culmina con una instalación en la que utiliza metopas y cuernas, procedentes del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que se completa con una intervención sonora que reproduce los poderosos sonidos del entrechocar de las cuernas y la berrea de los ciervos para escenificar la liberación del aura de estos animales.
En esta muestra, el artista pone en diálogo ocho libros-caja de su Biblioteca del Bosque, siete de ellos realizados para la muestra, con algunas obras del Museo del Romanticismo.
El artista madrileño Miguel Angel Blanco definió a partir de los años 80 su principal vehículo de expresión artística: el libro-caja. Este ha sido durante más de treinta años, y sigue siendo, el receptáculo de toda una vida dedicada a observar, elegir, atesorar y transformar la infinita riqueza natural.
Entre los premios y becas recibidos, se encuentran la Beca Fundación Pollock-Krasner, Nueva York en 1993, el Premio Nacional de Grabado, Calcografía Nacional en 1995, o el Premio Villa de Madrid 'Lucio Muñoz' de Grabado.
Su obra forma parte de importantes colecciones como la Colección Banco de España, la Colección Fundación "la Caixa", la Colección Coca-Cola España,Contemporary Art Collection, (Unión Europea, Bruselas), el Museo Nacional de la Estampa (México D.F.), la Comunidad de Madrid, el Museo Reina Sofía, el Museo de Arte Contemporáneo Unión FENOSA en A Coruña, o la Biblioteca Nacional.