¿Se ha convertido Ed Sheeran en el hombre más querido y odiado de la música?
"No entiendo lo de Ed Sheeran". Esta frase, escuchada cada vez más insistentemente en mentideros y trastiendas de la industria musical, comienza a emerger más allá del "off the record" a medida que el británico fulmina registros históricos con su último disco, "÷ (Divide)".
Así, el autor de "Shape of you" repite por undécima semana con esta canción en la máxima posición de la lista oficial de "singles" de su país, donde el tercer álbum de estudio de su carrera ha sobrepasado el millón de copias en apenas 16 días a la venta (232.000 en la primera jornada).
Pero el fenómeno no se limita a Reino Unido. "÷" es el número 1 mundial y, pese a su corto espacio de tiempo en el mercado, es el disco más vendido de 2017, de acuerdo con Billboard. Además, Spotify lo acaba de coronar como el artista que más reproducciones ha generado en un solo día, cerca de 56,7 millones.
Todo ese éxito no ha evitado que, a diferencia de lo que sucediera con otros "booms" recientes del pop internacional como Adele o Taylor Swift, Sheeran no haya concitado los parabienes de todo el mundo, especialmente de la revista de referencia musical Pitchfork.
Para la crítica Laura Snapes, "vende inocencia trivial a cambio de libras. Utiliza una sabiduría insulsa y una música sin imaginación para reflexionar sobre lo bueno y lo malo de quienes lo rodean, sin mirar hacia dentro ni una sola vez". Su nota, un 2,8 sobre 10.
"Su encanto apto para todo el mundo no enmascara el alma calculadora de 'Divide'", titulaba el diario The Guardian, ante una columna que se burlaba del viaje que emprendió antes de grabar este álbum -lo compara con un "Interrail"-, en el que debió conocer a gente "con cosas bastante profundas que decir cuando llegó a Tarifa como 'Creo que el dinero es la raíz de todo mal'".
Precisamente por abusar de lugares comunes, Sheeran se convirtió en objeto de chanza en redes por su canción "Barcelona", en la que incluye clichés desubicados como "mamasita rica", "sí, te adoro señorita" o, ya en inglés, "bailaremos alrededor de la Sagrada Familia mientras bebemos sangría".
El público parece dividido entre quienes lo han encumbrado y quienes han condenado su álbum al suspenso. En la web Metascore, que aglutina y pondera el sentir general, los usuarios le otorgan un 4,3, frente el 7,2 con el que valoraron "X (Multiply)" (2014) y el 7,7 de su debut "+ (Plus)" (2012), hasta ahora siempre por encima de la crítica profesional.
En el seno de la misma, es fácil encontrar esa disensión de pareceres también en España entre quienes lo valoran y quienes incluso lo ignoran. "No lo he escuchado nunca ni sabría reconocer ni una sola canción de él. Igual eso dice más sobre la prensa especializada que sobre el propio Ed Sheeran", reconoce a Efe el periodista David Saavedra, colaborador de Rockdelux y Metrópoli.
"Estoy escuchando 'Shape of You' y tiene una producción moderna, pero nada loco ni muy llamativo, lo habitual en el pop global reciente. No me dice nada. Supongo que parte de su éxito estará en su imagen de chico normal y accesible, moderno y tatuado, pero inofensivo", opina Darío Manrique (El Mundo, EfeEme).
Esa noción de tipo "inofensivo" se traslada a su imagen, probablemente un factor clave en la construcción de su personaje artístico, tan importante como las canciones, con un físico alejado de los estándares del atractivo masculino y que, según relató recientemente, le hizo objeto de acoso escolar.
"Yo era un chico muy raro cuando era pequeño, llevaba gafas grandes, tenía problemas auditivos, tartamudeaba y era pelirrojo, pero ahora soy un músico de éxito y no tengo nada de qué quejarme", contaba este joven que, a sus 26 años, se codea con las deseadas modelos-"ángeles" de una célebre marca de lencería.
Para Virginia Díaz, locutora de Radio 3, el auge comercial genera cierta predisposición en contra de algunos artistas. "Estamos llenos de prejuicios, sobre todo en España, y ya es hora de que nos quitemos ese lastre. Si se tiene éxito sin recibir el apoyo masivo de los medios de comunicación es por algo", afirma.
"Viendo las listas de éxitos, puede parecer un compositor sobrevalorado, pero leyendo las críticas musicales, todo lo contrario, parece infravalorado", opina Sebas E. Alonso, director de la web musical Jenesaispop, quien destaca que, "sin ser Bob Dylan ni pretenderlo", sabe sobre todo cómo "hacer canciones de pop sobre el amor y la vida que conecten con la gente".
Fernando Neira, crítico musical de El País, coincide en que "deberíamos hilar más fino a la hora de enjuiciar" al autor de clásicos contemporáneos como "Thinking Out Loud".
"Me quedé pasmado con su concierto de 2014 en el Palacio de los Deportes. Allí había 16.000 chavales escuchando el concierto... ¡de un cantautor! Porque Sheeran es un hombre con una guitarra, un tipo capaz de llenar pabellones sin una banda que lo respalde" más allá de "una pequeña base musical" grabada en directo a partir "de algunos ritmos y ruedas de acordes", destaca.
Para quienes deseen contrastar dicha impresión, Sheeran volverá a actuar en el WiZink Center de Madrid el 8 de abril y, un día después, en el Palau Sant Jordi de Barcelona. El aforo, claro, se agotó en horas.
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