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Este sábado, 10 de septiembre, se cumple el 35 aniversario de la llegada a España de la obra de Pablo Ruiz Picasso el 'Guernica' (1937). El óleo, procedente del MOMA de Nueva York fue transportado desde Estados Unidos en un avión de Iberia que aterrizaba en el Aeropuerto de Barajas el 10 de septiembre 1981, según informa el Museo Nacional Reina Sofía.

Una vez llegó la obra a España, quedó instalado en el Casón del Buen Retiro de Madrid donde permaneció hasta el 26 de julio de 1992, momento en el que se trasladó al Museo Reina Sofía donde se puede ver en la actualidad formando parte de su Colección Permanente.

Con motivo del aniversario, la pinacoteca permitirá la entrada gratuita a la colección del museo donde se encuentra el cuadro junto a una selección de los dibujos preparatorios de la obra, así como fotografías de Dora Maar relativas al proceso de creación y a la maqueta del Pabellón de la República. La exposición podrá visitarse entre las 19 y las 21 horas.

El 'Guernica' fue encargado a Picasso por el Gobierno republicano de España, que en esos momentos estaba en plena Guerra Civil, para el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937. La

única condición que se puso al artista fue que la obra tuviera un gran tamaño pues tenía que ocupar una de las paredes de la planta baja.

De esta forma, le dieron plena libertad en la elección del tema, que tardó varios meses en decidir. El bombardeo del pueblo vasco de 'Guernica', el lunes 26 de abril de 1937 por la Legión Cóndor alemana durante más de tres horas, fue su fuente de inspiración.

Así, la obra ha pasado a ser "el símbolo antibélico universal de este tiempo", y refleja la incongruencia humana al escoger la violencia. La pinacoteca señala que el lienzo plasma el sufrimiento, la impotencia, el miedo, la muerte, provocando un impacto visual en el espectador.

Este óleo se compone de blanco, negro y gris, tonalidades que refuerzan su expresividad dramática. Asimismo, Picasso entremezcla en él diversos estilos artísticos como el Simbolismo, Expresionismo, Neocubismo y Surrealismo.

Con el paso del tiempo, las figuras del cuadro se han convertido en símbolos universales: el dolor (tanto el psicológico de la madre que pierde a su hijo y del caballo, como el físico de la mujer que se quema), el pavor (la figura femenina que huye) y de la muerte (el guerrero destrozado y el toro).

Además, los especialistas de la pinacoteca señalan que también refleja la esperanza (la flor, la mujer que lleva el quinqué), la destrucción (causada por la bombilla, imagen del estallido de las bombas) y la paz (con una imagen de la paloma).