Se acerca la celebración más mágica del año. La noche de Halloween nos depara un sinfín de actividades para pasar miedo pero la que proponemos en esta ocasión no sólo provocará escalofríos.
Se trata de una ruta por los enigmas del Toledo mágico. Un descubrimiento que satisfará la curiosidad de los más atrevidos.
Los muros de los edificios históricos de la monumental capital castellanomanchega esconden numerosos secretos y misterios.
Una ciudad que albergó una famosa escuela de nigromancia y que contiene uno de los primeros relieves sobre el vampirismo y de los más inquietantes de la historia.
El de Caín matando de un mordisco a su hermano Abel que se reproduce en uno de los conjuntos escultóricos de la catedral toledana. Una escultura que data del siglo XIV.
La singular excursión arranca pasadas las nueve de la noche de jueves, viernes y sábados y nos descubre la otra cara de un destino muy cercano a Madrid y que esconde lúgubres rincones nunca antes explorados por los que nos hemos acercado a disfrutar de las maravillas de la que fuera capital imperial.
Una ruta singular por el Toledo nocturno, por sus calles más siniestras, aquellos enclaves que al caer el alba ocultan una historia que muy pocos conocen pero que han dejado un poso y un legado inquietante.
Una herencia que ha perdurado a través de los siglos gracias a nombres como el callejón del duende o el pasaje del infierno.
ENCLAVES MISTERIOSOS
El recorrido exclusivo nos lleva a los enclaves más insólitos y misteriosos con una visita a las cuevas que alberga el subsuelo de la ciudad y un callejón donde poder escuchar las psicofonías de los moradores que vivieron en algunas de sus casas.
HECHICERAS, TEMPLARIOS, LEYENDAS Y FANTASMAS
Entre los contenidos temáticos de este paseo: Retratos de brujas y hechiceras, templarios, leyendas como la de la torre de Hércules. La saga del Grial y la mesa de Salomón, la tradición esotérica. Toledo subterráneo (Criptas, cuevas, momias). Sin olvidar un recorrido particularmente espeluznante por el Toledo sobrenatural (Casas encantadas, exorcismos, psicofonías…)
Una visita no apta para cardíacos pero ideal para curiosos y aventureros con inquietudes de descubrir aquello que el ojo no ve y que no hemos sabido captar de los rincones más emblemáticos de la arquitectura toledana.
