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Los tesoros que esconde la Ciudad Universitaria de Madrid
- Las Facultades y ETS de la Ciudad Universitaria cuentan con increíbles y desconocidos museos que custodian auténticas joyas
Madrid guarda muchas historias curiosas. En sus calles y barrios existen rincones desconocidos que custodian auténticas joyas en su interior. Pero pocos lugares hay tan llenos de ‘tesoros’ como la Ciudad Universitaria.
Cada Facultad tiene uno, o varios, museos y la mayoría de ellos apenas conocidos por unos pocos. Tras sus puertas se esconden objetos que nos descubren secretos de otras épocas y cuentan increíbles historias.
El primer ‘juego de ordenador’ de la historia, en Caminos
En el recinto de la Ciudad Universitaria tienen campus dos universidades: la Complutense y la Politécnica, que cuenta allí con varias Escuelas Técnicas Superiores, entre ellas la ETSI de Caminos, Canales y Puertos. En ésta, en Caminos, se encuentra uno de los museos más interesantes de Madrid, el Museo 'Torres Quevedo', y dentro de él se custodia una pieza extraordinaria que está considerada el primer ‘juego de ordenador’ de la historia.
El ‘Ajedrecista’ fue creado hace más de cien años por uno de los más grandes ingenieros de nuestra historia: Leonardo Torres Quevedo. Es un autómata capaz de jugar una final de rey y torre contra un adversario humano. Fue construido en 1912 y dos años más tarde se presentó en la Feria de París donde se convirtió en la sensación del momento.
En una primera versión, la máquina movía las piezas mediante unos brazos mecánicos que después se sustituyeron por imanes. No se podía engañar al Ajedrecista, era capaz de detectar movimientos no permitidos y siempre ganaba, ya que siempre empezaba en un movimiento desde el cual no podía perder nunca.
El ingenio de Torres Quevedo no tenía límites. En el Museo también se pueden ver diferentes ‘aparatos matemáticos’ construidos por él, entre ellos una calculadora algebraica y un aparato para resolver ecuaciones de segundo grado… y el 'telekino’.
Leonardo Torres Quevedo fue la segunda persona en la historia en demostrar el control remoto inalámbrico (el primero fue Nikola Tesla, en 1893) y lo hizo con el telekino, aparato capaz de ejecutar las órdenes que recibía mediante transmisión por ondas hertzianas. En su día hasta se hicieron pruebas para valorar su aplicación al direccionamiento de torpedos.
Torres Quevedo es también el creador del funicular sobre el río Niágara, el ‘Spanish aerocar’, en funcionamiento desde 1916 y, aparte del agua, uno de los grandes atractivos de las cataratas. Fue construido por la "Niagara Spanish Aerocar Co.", empresa de capital español constituida expresamente para este fin en Canadá. En el Museo se puede ver una maqueta.
Y hay más ‘inventos’ del singular ingeniero en el Museo, algunos tan curiosos como el 'estalagmógrafo', pensado para medir el goteo de un conducto (una vena o arteria) en un intervalo de tiempo.
Para visitar el Museo hay que pedir cita previa en el teléfono 913 366 415 o correo electrónico (museotorresquevedo.caminos@upm.es)
Un gimnasio del XIX en el INEF
En la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Politécnica, más conocida como INEF, se encuentra un Museo muy especial. Contiene un gimnasio del siglo XIX. No hay otro como él en el mundo, es el único que está completo e intacto. Tal como era hace más de cien años.
El origen de este museo está en el gimnasio que creó en Segovia José María Martínez Bernabéu, alumno de la Escuela Central de Gimnástica de Madrid, quien a finales del siglo XIX era profesor de esgrima en la Academia de Artillería de Segovia.
Martínez Bernabéu diseñó y construyó él mismo las piezas, algo habitual en el siglo XIX. Estuvo en funcionamiento hasta 1972. Ese año José Antonio Samaranch lo trasladó a Madrid y comenzó una nueva vida como Museo.
Tiene más de 70 aparatos diferentes, además de piezas repetidas o sueltas como las mancuernas. La pieza ‘estrella’ es el caballo que reproduce una figura equina de madera, con cabeza incluida, parte que han perdido los ‘potros’ que se utilizan actualmente.
El gimnasio tiene dos grupos de aparatos: los que se utilizaban para realizar estricto ejercicio físico (aparatos de remo fijo, bicicleta ergométrica, juegos de mazas, barras paralelas, … ) y los que se empleaban en rehabilitación y que son muy semejantes a los que usan hoy en día los fisioterapeutas. En muchos de ellos encontramos el origen de los ‘aparatos’ actuales, eso sí, con otro diseño y otros materiales: en aquella época se usaba hierro, madera y cuerda y hasta balas de cañón para algunas piezas.
El Museo está abierto a todos los que quieran realizar un viaje en el tiempo. Hay que concertar la visita a través de la página web de la Facultad o Teléfono: 913364116
Museo de anatomía ‘Javier Puerta’
En el año 1787 Carlos III encargó una serie de figuras de cera policromadas para el Colegio de Cirugía de San Carlos por Real Cédula de Carlos III con el fin de “que se multiplique la instrucción, y entre por los ojos la Anatomía, que es la primera base quirúrgica”. Y, desde luego cumplió su propósito: las figuras entran por los ojos.
Esta colección se puede ver ahora mismo en el Museo de Anatomía ‘Javier Puerta’ de la Facultad de Medicina de la Complutense y no te va a dejar indiferente. Es una serie de figuras de cera, de un realismo impresionante, sobre la gestación y el parto.
Pero hay más. El museo cuenta con una colección de esculturas en escayola policromada que muestran la anatomía de diferentes zonas del cuerpo humano. Y también con una extensa colección ósea de diferentes etapas de la vida humana, incluida la fase prenatal, en la que destacan más de mil cráneos (la ‘colección Olóriz’).
A todo esto hay que añadir dos esqueletos cuyos dueños están perfectamente identificados: uno perteneció a un granadero francés de la guerra de la Independencia y el otro es conocido como ‘gigante extremeño’.
Completan los fondos del Museo representaciones en cartón piedra, láminas anatómicas, preparaciones momificadas o semiartificiales de regiones anatómicas y diferentes modelos anatómicos. Y las mesas originales de disección de cadáveres que se usaban en el Real Colegio de Cirugía de San Carlos, así como material utilizado en la época, incluido el carro de transporte de los cuerpos.
Hay que pedir cita por correo electrónico (museoanatomia@ucm.es / museos@ucm.es)
Una momia egipcia en la Facultad de Medicina
En la Facultad de Medicina existe otro museo, no menos curioso que el anterior e igual de llamativo: el Museo de Antropología Médica, Forense, Paleopatología y Criminalística ‘Profesor Reverte Coma’. Se encuentra en la tercera planta de la Facultad, en la dependencias de la Escuela de Medicina Legal.
Lo empezó en 1980 el antropólogo José Manuel Reverte Coma y sus fondos provienen de piezas en depósito de casos judiciales resueltos gracias a la ayuda de la Escuela de Medicina Legal, también de material de yacimientos arqueológicos, colecciones particulares y donaciones, y de piezas aportadas por alumnos o profesores. En total 1.500 piezas y 800 cráneos, la mayoría de los siglos XVI a XVIII.
Es un museo no apto para estómagos demasiado delicados, pero es que así es la ‘medicina legal’, y entre otras cosas posee, y se pueden ver, diferentes aparatos utilizados para ejecutar la pena de muerte, como una guillotina, un ‘quebranta rodillas’ o un 'aplastacabezas'.
Tiene también ‘armas’ fabricadas por reclusos con tuberías de sommiers y otros materiales a su alcance; y una cabeza hecha por un preso con miga de pan y su propio pelo para aparentar que estaba en su cama mientras se fugaba.
El Museo tiene una parte dedicada a la evolución humana, con una colección de cráneos de primates y restos óseos que permiten ver lesiones producidas por enfermedad o por acciones violentas. La joya de la corona es la cabeza de una momia egipcia de 4.000 años de antigüedad. No es la única momia: el Museo tiene una gran colección de momias andinas.
Este Museo está al alcance de alumnos, investigadores y también del público en general. Hay que concertar cita por correo electrónico o llamando al teléfono del museo (913 941 578 / 11 16 / 11 17 museoafp@ucm.es / museos@ucm.es)
Antiguas boticas y una colección de 'drogas' en Farmacia
El Museo de la Farmacia Hispana, en la Facultad de Farmacia de la Complutense, te transporta en el tiempo. Tiene cinco reproducciones de boticas históricas, con sus característicos botes de cerámica decorada, sus pesas, redomas, etc. Entre ellas la ‘botica de Gibert’ (farmacia catalana del siglo XVIII) y una farmacia hispano-árabe del s. XIV.
Y un laboratorio alquimista del siglo XVI, al que no falta detalle: tiene toda una colección de redomas, tortas, vasos circulatorios, hornos, prensas, .. e incluso animales disecados, que nos cuentan cómo era una época en que la farmacia estaba a medio camino entre la ciencia y la brujería.
Además de este museo, la Facultad de Farmacia cuenta con una importante ‘colección de droga’, entendiendo éstas desde su punto de vista estrictamente medicinal. Son más de 800 ejemplares, vegetales y animales, provenientes de todos los continentes. La colección cuenta con raíces (como el regaliz), colorantes naturales (como el añil o índigo, el más antiguo conocido), cortezas, frutos (como vainillas, pimientas, …) y todo tipo de sustancias, desde las más conocidas a las más exóticas.
Museo de la informática
Aunque es una ciencia ‘reciente’ ya es lo bastante vieja como para tener su propio museo. El Museo Histórico de la Informática ‘García Santesmases se encuentra en la Facultad de Informática de la Universidad Complutense. Si ya tienes una edad y fuiste de los ‘pioneros’, o simplemente te gusta descubrir cómo empezó todo, este Museo te va a encantar.
El Museo custodia el primer computador que estuvo en servicio en una universidad española, un IBM 7090 de segunda mano adquirido en 1966 que ocupaba toda una planta de 2.000 metros cuadrados. Se pueden ver algunas de sus partes y periféricos.
Se exponen máquinas desarrolladas en la Complutense en los años 50 y 70, así como computadoras comerciales, la primera calculadora capaz de hacer raíces cuadradas, los primeros teléfonos móviles, ... y el Analizador Diferencial Electrónico, diseñado por García Santesmases, pionero de la informática que construyó la primera computadora analógica y el primer microprocesador de fabricación española.
Es un recorrido por la historia de la Informática que va a hacer saltar el resorte nostálgico de algún visitante al llegar al espacio dedicado a los años 80 y los primeros videojuegos con los Spectrum, los Sega, Atari, las consolas de cartucho, ... una maravilla. Y, como no podía ser menos, tiene un espacio dedicado a Apple y sus primeros inventos.
La visita es libre, y gratuita (para más información 913 94 75 13/ 11 16 / 11 17 ó migs@ucm). Y si tienes en casa algún viejo material relacionado con la informática que te ocupa espacio y no sabes qué hacer con él, aceptan donaciones.
Y aún hay más
Hay muchos más museos en la Ciudad Universitaria. La lista es interminable: el Museo Pedagógico de Arte Infantil, en la Facultad de Bellas Artes, la Colección de Numismática, de la Facultad de Geografía e Historia (con monedas griegas, romanas, medievales… etc), el Museo de Astronomía y Geodesia, de la Facultad de Ciencias Matemáticas (con una importante colección de instrumentos de telescopios, astrolabios, cámaras para ver eclipses, etc.), … y muchos más.
Cada Facultad tiene un museo muy especial, por lo menos, así que sean cuales sean tus gustos y aficiones, seguro que vas a disfrutar. Y no cuesta nada. La entrada a todos es gratuita.