El último adios a Tony Leblanc
Su hijo le ha recordado como "un luchador", un actor "muy admirado" por sus compañeros
El hijo de Tony Leblanc, también llamado Tony, ha recordado hoy a su padre como "un luchador", un actor "muy admirado" por sus compañeros de profesión, a quien el público ayudó en muchas ocasiones, motivo por el que han decidido compartir junto a sus admiradores estos últimos momentos.
Aunque Leblanc estaba enfermo desde hacía meses, el fallecimiento se ha desencadenado "con más rapidez de la prevista", ha señalado el hijo del actor.
"Se rompió la cadera en julio, y al mes se le detectó un ictus cerebral que le afectó mucho al ánimo. Era de carácter leve y nos dijeron que en tres o cuatro meses, con un logopeda, podría rehabilitarse en condiciones", ha explicado.
Desafortunadamente, un TAC reveló a principios de este mes un tumor en el páncreas "de considerable tamaño", con unas expectativas de vida de pocos meses -tres o cuatro-, aunque ayer sufrió un paro cardíaco.
"No ha sufrido nada, toda su familia ha estado a su lado, y ha estado en casa. Lo cual ha sido un privilegio", ha detallado el hijo del actor, quien ha resumido la actitud de su padre: "Ha sido un luchador toda su vida".
Como actor, "le tocaron palos muy diversos", no ha sido "el mejor en nada pero ha hecho de todo", ha recordado.
"Quien mucho abarca poco aprieta, dice el refrán, en el caso de mi padre no se cumplió, ha abarcado mucho y ha apretado de narices", ha añadido.
Muy admirado por el público y sus compañeros, en su vida privada era "el núcleo de su familia", y no era "tan bromista como todo el mundo piensa", ya que era, sobre todo, "muy, muy responsable", ha apuntado su hijo visiblemente emocionado.
Una nutrida representación del mundo de la comedia, como Kiko Camoiras, Carlos Iglesias, Juan De Dios (Cruz y Raya) y Moncho Borrajo han dado hoy su último adiós a Tony Leblanc, el más "cachondo" de los actores, que reunió en su personalidad "todo el casticismo y la gracia de Madrid".
El ministro de educación, cultura y deporte, José Ignacio Wert ha acudido a la capilla ardiente del actor Tony Leblanc situada en el Teatro Fernando Fernán Gómez de Madrid, y ha querido destacar la amplia carrera del actor subrayando que "era el mejor de la generación de los grandes cómicos" .
Kiko Camoiras, que grabó su primer filme "Historias de la televisión", junto al actor, le ha considerado un "cachondo", pero también "un maestro, un profesional y una buena persona", ha señalado.
"Firmo por llegar a los 90 años rodeado de la familia y trabajando como él", ha argumentado en referencia a su compañero de profesión, quien ante todo ha considerado "era un hombre enamorado de su profesión".
El director de la Academia de Cine, Enrique González Macho, ha asegurado hoy que el actor Tony Leblanc, fallecido ayer, representa "la historia de nuestro cine" gracias a su larga trayectoria, en la que participó en más de cien películas
Juan de Dios, exmiembro de "Cruz y Raya" ha recordado como cuando iba a su casa a tomar café con él, Leblanc le decía que el día que falleciese, "quería que rezara en su epitafio: 'Aquí yace un cómico fin de la primera parte'".
Para Carlos Iglesias, director de "Un franco, 15 pesetas" y protagonista de "Manos a la obra", el fallecimiento de Leblanc es "una gran perdida" para el mundo de la comedia, porque "ha sido un maestro, en el que se ha dado todo el casticismo y la gracia de esta ciudad (Madrid) durante muchísimos años", al tiempo que era "el referente más claro de la comedia desde hace mucho tiempo".
El comediante Moncho Borrajo le ha calificado como "tremendamente generoso, siempre tenía halagos para los compañeros", y un actor "multiusos", ya que igual hacía de "galán espléndido, que de cómico maravilloso, y de padre de familia generosísimo".
Adios a uno de los personajes más entrañables de "Cuéntame" y protagonista de películas como "Las chicas de la Cruz Roja", "Amor bajo cero" o "Los tramposos, protagonizadas junto a Concha Velasco, su pareja cinematográfica por excelencia, Leblanc será enterrado esta tarde a las 17.00 horas en la Almudena de Madrid en una ceremonia celebrada en la más estricta intimidad.
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