Ione Belarra | EFE
(Actualizado

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, propone que el Gobierno entregue un cheque de 300 euros a los 19 millones de familias españolas para ayudarles a pagar la luz y el gas, cada vez más caros como consecuencia de la guerra en Ucrania, una medida que tendría un coste total de 5.700 millones de euros, “perfectamente viable”, según ella, para las arcas del Estado.

Lo hizo en su intervención ante el Consejo Ciudadano de Podemos, máximo órgano del partido entre asambleas ciudadanas, que se reunió en la sede de la formación por primera vez en este año 2022. En realidad, ella habló de cheques mensuales de 300 euros, pero fuentes cercanas avisaron a los medios de que se trató de un error, pues se refería a un único cheque puntual enviado a cada familia una sola vez.

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La líder de Podemos primero reiteró la posición del partido partidaria de “apostarlo todo a las vías diplomáticas” para acabar con la guerra, y después desgranó lo que dio en llamar un “nuevo escudo social y verde” para afrontar sus consecuencias en España.

Ese cheque de 300 euros a las familias debería financiarse, según ella, con un recargo del 10% en el Impuesto de Sociedades a las grandes empresas eléctricas y con "un duro recorte adicional de los beneficios caídos del cielo", como Podemos ya venía defendiendo antes de la invasión rusa de Ucrania.

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Además, Belarra volvió a reivindicar la renta de crianza de 100 euros al mes por hijo y la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad a seis meses, ambas medidas ya incluidas en la propuesta de Ley de Diversidad Familiar que abandera su ministerio. También propuso ayudas directas a las pymes “para que puedan hacer frente al aumento de costes” derivado de la guerra y, en particular, declarar estratégicos los proyectos nacionales de producción de piensos.

Sin salir de su proyecto de “nuevo escudo social y verde”, la líder de Podemos recomendó igualmente que las grandes empresas que incurren en morosidad en el pago a pymes queden excluidas del reparto de fondos europeos, acelerar gracias a los créditos Next Generation el abandono de los combustibles fósiles en favor de las energías renovables, y "desacoplar" el gas de la fijación del precio para el resto de energías en el mercado mayorista.

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Insistió también en la “reforma fiscal de emergencia” que ya sugirió el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, dado que “las grandes empresas y las grandes fortunas no han hecho ni un pequeño esfuerzo” contributivo durante la epidemia de covid; y en impulsar “un verdadero sistema estatal de cuidados”. Por último, llamó a acoger a los refugiados de todo el mundo porque “no es muy coherente que Europa sólo se estremezca y conmocione con el sufrimiento de otros europeos”.

Antes de desgranar este “nuevo escudo”, Belarra volvió a preguntarse “qué es lo mejor que podemos aportar los responsables políticos para pararle los pies a Putin” y “lograr un alto el fuego permanente y que el conflicto acabe lo antes posible”, y volvió a concluir que sería “devolver la gestión de los conflictos al terreno político”, porque “lo contario de la guerra es la política”.

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“Hemos vuelto a elegir el camino más difícil, pero es el camino correcto”, proclamó, siguiendo una recurrente técnica retórica de su predecesor en el partido y el Ministerio, Pablo Iglesias.

“Aunque se nos criminalice y se nos infantilice”. Así, se reafirmó: “Hemos defendido la paz en el único momento en que es difícil defender la paz, durante la guerra, aunque en los grandes medios de comunicación haya un discurso único y monolítico que alienta la escalada bélica y plantea el envío de armas a Ucrania como la única medida posible”.

La ministra y líder de Podemos insistió en que ese envío de armas no va a cambiar la correlación de fuerzas entre Rusia y Ucrania, por lo que la tesitura es si asumir el riesgo de que la OTAN entre en guerra con otra potencia nuclear “o si lo apostamos todo y en serio a las vías diplomáticas y pacíficas”, y la UE utiliza “toda su influencia institucional” para respaldar las negociaciones entre los dos países en liza, que se están desarrollando “en un discretísimo segundo plano”.

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Para ella, “Naciones Unidas y la OSCE tienen un mayor margen de actuación que el que están desplegando”, y, frente a esa inacción, reiteró su apuesta por lo que Podemos viene llamando “un movimiento europeo por la paz de la mano de otros líderes progresistas”, aunque sólo cuenta con el francés Jean-Luc Mélenchon y el británico Jeremy Corbyn. Con ellos aspira a “tender puentes con la otra Rusia”, la contraria al Gobierno de Putin.

Belarra constató, en un tácito reproche a la falta de movilización social en contraste con la que hubo durante la guerra de Irak, que “sin un movimiento social y ciudadano fuerte que exija paz y no guerra, es muy difícil que quienes pueden hacer algo lo hagan, que apuesten de verdad por las vías diplomáticas”. Sin embargo, advirtió de que, entonces como ahora, “las guerras siempre tienen detrás un gran negocio armamentístico y detrás de cada una de ellas hay fuertes intereses económicos y geopolíticos muy poco confesables”.

Después de su nueva reivindicación pacifista y de la propuesta de un nuevo escudo social que continúe al desplegado durante la crisis del coronavirus, la secretaria general de Podemos remató su intervención con una asunción de que “la única certeza que vamos a tener, la única constante, van a ser los cambios”, y la apuesta por “hacer política sobre la certeza más importante que puede tener una persona”: la del “apoyo mutuo” y el “trabajo colectivo” frente a “las derivas belicistas” y a “los que nos proponen salidas individuales”.