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La oficina comunitaria de estadística Eurostat publicará este martes los datos de déficit de España durante 2012, lo que supone el primer paso en el proceso comunitario hacia una posible relajación del calendario de ajuste para el país.

A priori, Eurostat cifrará el déficit español en el 6,98% del Producto Interior Bruto (PIB) y no en el 6,74 % que había calculado inicialmente el Gobierno español, después de que tuviera que corregir la cifra al alza por exigencias de la oficina comunitaria.

España aseguró en marzo que Eurostat había cambiado la metodología en el tratamiento de las devoluciones fiscales que estaba en vigor desde 1995, pero oficina estadística dijo entonces a Efe que se debió a que el criterio utilizado por el Gobierno para computar las devoluciones fiscales era "incorrecto", al haber utilizado la contabilidad de caja y no de devengo.

NEGRO SOBRE BLANCO

Con el dato del déficit certificado, la Comunidad Europea (CE) tendrá negro sobre blanco la prueba de que España no cumplió la meta del 6,3% establecida para el año pasado y se abrirá un proceso relativamente corto que, según confía el Gobierno, podría llevar a Bruselas a dar al país hasta dos años más -hasta 2016- para rebajar la cifra por debajo del 3%.

Tras haber recibido en 2012 en dos ocasiones más margen para corregir su déficit excesivo, España debe, hasta nuevo aviso, bajar su déficit al 4,5% en 2013 para situarlo en el 2,8% en 2014.

La CE quiere esperar a tener entre sus manos el programa de estabilidad y el plan nacional de reformas que el Gobierno español aprobará el próximo día 26 para ver el esfuerzo que pretende hacer el país durante los próximos ejercicios, así como a las previsiones macroeconómicas de primavera que la institución comunitaria publicará el próximo 3 de mayo antes de tomar una decisión.

El ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, afirmó el fin de semana pasado en Dublín que en ese momento no tenía ninguna garantía por parte de la CE con respecto a la eventual flexibilización del calendario para corregir el déficit, pero que se "va generando un consenso".

El Gobierno espera cerrar con Bruselas una flexibilización del objetivo de déficit para 2013 que podría situarse alrededor del 5,5% o 6% del PIB, un punto o un punto y medio de margen respecto a lo estipulado hasta ahora.

El vicepresidente de la CE y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, anunció el pasado 22 de febrero en la presentación de las previsiones macroeconómicas de invierno una posible relajación del calendario de reducción del déficit para España si se confirma el esfuerzo estructural acordado.

DE GUINDOS ELEVA LA PREVISIÓN DE LA CAIDA DEL PIB AL TRIPLE DE LO PREVISTO

El ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha elevado la previsión de caída del PIB para 2013 al 1 ó 1,5%, frente al 0,5% contemplado hasta ahora, mientras que ha confiado en un "ligero" crecimiento para el año que viene.

En una entrevista con el diario The Wall Street Journal, De Guindos ha asegurado que el plan de reformas que presentará este viernes el Ejecutivo pondrá más el acento en el crecimiento económico frente a la mera reducción del déficit.

Así, ha descartado nuevas medidas "significativas" de austeridad, y ha recordado que las políticas para contener el gasto en pensiones y la subida del IVA se sentirán cada vez más en los próximos años, mientras que la vuelta al crecimiento económico ayudará a incrementar la recaudación fiscal.

El Gobierno, ha añadido De Guindos, está negociando con las autoridades de la Unión Europea la relajación de los objetivos de déficit a los que el país se ha comprometido para los próximos años."Lo que vamos a tener que hacer ahora es lograr un equilibrio entre reducción del déficit y el crecimiento económico", ha asegurado el ministro, para quien el mejor comportamiento de las cuentas públicas ha mejorado la confianza en la sostenibilidad de España.

Por ello, a su juicio "el principal temor de los inversores internacionales respecto a España en este momento es el crecimiento económico".

Asimismo ha considerado que una mayor integración del sistema bancario podría ayudar a sacar a la Unión Europea de sus problemas económicos, frente a la actual "fragmentación" de los mercados crediticios.