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Dominique Strauss-Kahn volvió a estar hoy en el ojo del huracán mediático en Francia a raíz de nuevas informaciones periodísticas a ambos lados del Atlántico sobre su vida privada y la posibilidad de que el escándalo sexual que le obligó a dejar el Fondo Monetario Internacional fuera un complot.

Las palabras "complot" y "trampa" surgieron en una investigación periodística publicada en "The New York Review of Books" sobre los sucesos que, el pasado 14 de mayo en Nueva York, condujeron a la detención del exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya carrera hacia la presidencia de Francia quedó así truncada.

Hoy el Gobierno francés y el partido que le apoya -la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP)- salieron al paso de la investigación en esa revista estadounidense fundada en 1963, que ha servido de soporte a artículos de Truman Capote, Susan Sontag, Norman Mailer, Gore Vidal, Hannah Harendt o Timothy Garton Ash.

El reportaje de Edward Epstein, el periodista de 78 años que firma la investigación -retomada en portada a seis columnas por el "Financial Times" en su edición de este fin de semana- plantea dudas sobre los vínculos entre el grupo hotelero Accor y la presidencia francesa en torno a los sucesos ocurridos en su hotel Sofitel de Nueva York.

Relaciones que apuntan a un complot que ya mencionó DSK en su primera comparecencia pública tras su regreso de Estados Unidos, absuelto por la Justicia de ese país, que consideró poco fiable el testimonio de Nafissatou Diallo, la camarera que le acusó de agresión sexual.

"Yo diría que se trata de fantasmas", declaró hoy el ministro francés del Interior, Claude Guéant, en una entrevista con el canal de televisión "I-télé", interrogado por la teoría del complot que invita a considerar la lectura del reportaje de Epstein.

"No porque haya extraviado su móvil va a haber un complot", zanjó el ministro sobre la pérdida del teléfono de Strauss-Kahn y su presunta relación con lo que ocurrió aquel 14 de mayo.

La investigación de la revista plantea que ese teléfono móvil podría haber sido pinchado, puesto que un mensaje enviado por DSK a su esposa, Anne Sinclair, había sido presuntamente leído en la sede de la gubernamental UMP en París poco antes de que sucedieran los hechos por los cuales Strauss-Kahn fue detenido horas después.

Por su parte, el secretario general de la UMP, Jean-François Copé, insistió en que la teoría del complot es "grotesca" y aseguró que su partido no va a "caer en la trampa".

El reportaje plantea interrogantes también sobre los movimientos de Diallo en la misma planta en la que estaba la suite de DSK en el hotel, así como acerca del

comportamiento de los responsables de la seguridad del establecimiento hostelero.

Y se hace alusión a una presunta relación entre esos empleados y un antiguo alto funcionario francés próximo al presidente Nicolas Sarkozy.

La cadena Sofitel publicó hoy un comunicado del que se hicieron eco los medios franceses en el que afirma que una manifestación de alegría descrita por la revista estadounidense y protagonizada por empleados del hotel después de los sucesos en aquel establecimiento no puede calificarse de "baile festivo".

Por el relato de los hechos del autor del reportaje de "The New York Review of Books" se puede interpretar que esa manifestación de alegría pudo tener alguna relación con lo que le estaba sucediendo a DSK en aquellos momentos.

A las revelaciones de la revista se añadió este fin de semana otro reportaje, publicado en el vespertino "Le Monde", que ofrece elementos reveladores sobre las amistades de DSK en el norte de Francia, en la zona donde se sitúa la ciudad de Lille, donde la Justicia francesa investiga una red de proxenetismo.

Nombrado en relación con esta red, "Le Monde" recorre escenarios y da perfiles de los presuntos compañeros de juergas de DSK tanto en el norte de Francia como en la cercana Bélgica y en París, con testimonios de mujeres que reconocen haber participado en veladas de intercambios sexuales y que viajaban invitadas a Washington cuando Strauss-Kahn todavía era allí director del FMI.

El diario ofrece detalles de eventuales recompensas políticas que esperaban los presuntos amigos de DSK, de su pertenencia nada disimulada a logias masónicas y a la sorpresa que produjo en algunos de esos personajes saber que Strauss-Kahn hubiera podido ser tan ingenuo como para poder caer en... ¿una trampa?