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El recorte de la solvencia financiera anunciado por Moody's empujó a la bolsa lisboeta a un fuerte descenso y disparó de nuevo los intereses de la deuda de Portugal. La Bolsa de Lisboa vivió un día negro con una caída de más del 3%, en reacción a la degradación de la calificación sobre la solvencia de Portugal que le asigna la agencia Moody's. Por su parte, la Bolsa española cerró con una bajada del 1,22 %, afectada por la caída de la banca, uno de los sectores más castigados tras la rebaja por parte de Moody's de la calificación de la deuda portuguesa.

El mercado de valores luso perdió un 3,03 % y su principal índice, el PSI-20, cerró a 7.126,29 puntos.

Las mayores pérdidas se registraron en el sector financiero, el más expuesto a la calificación a nivel de bono basura y que fue asignada a la deuda lusa el martes por la mencionada agencia, que recortó cuatro niveles a la nota del país, hasta Ba2.

Los veinte títulos que cotizan en el selectivo luso cerraron en rojo y el Banco Comercial Portugués (BCP, participado por el Sabadell de España) fue el más castigado, con un descenso del 6,85 por ciento.

LA BOLSA ESPAÑOLA BAJA EL 1,22%

La Bolsa española bajó el 1,22 % afectada por la caída de la banca, uno de los sectores más castigados tras la rebaja por parte de Moody's de la calificación de la deuda portuguesa. Así, al cierre de la jornada, el principal selectivo de la Bolsa española, el IBEX 35, bajó 125,60 puntos, el 1,22 %, hasta los 10.204,50 puntos, con lo que las ganancias anuales retroceden hasta el 3,50 %.

La bolsa española, al igual que el resto de mercados, comenzó la sesión de hoy en negativo, afectada por la rebaja que llevó a cabo ayer la agencia Moody's de la calificación de la deuda portuguesa, que se sitúa ya en "bono basura".

Además de España, el resto de bolsas europeas también se vieron afectadas por la rebaja de la calificación de Portugal, que la Comisión Europea (CE) calificó de "desafortunada". Al cierre de la jornada, Fráncfort bajó el 0,11 %, en tanto que Londres lo hizo el 0,35 %; París, el 0,44 % y Milán, el 2,44 %.

Por su parte, Wall Street, que comenzaba la jornada indeciso entre las pérdidas y las ganancias, se veía afectado no solo por la situación europea,

sino también por la decisión de China de incrementar los tipos de interés por tercera vez este año con el objetivo de frenar la inflación.

Dentro del principal selectivo de la bolsa española, casi todos los grandes valores del IBEX 35 cayeron hoy, ya que Santander bajó el 2,12 %; BBVA, el 2,51 %; Telefónica, el 0,72 % e Iberdrola, el 1,08 %, mientras que Repsol YPF subió el 0,48 %.

La mayor caída del IBEX 35 fue para Mediaset, que se dejó el 3,61 % %, seguido de Bankinter, el 3,59 %; Indra, el 2,76 % y el Banco Sabadell, el 2,62 %.

Por su parte, solo cuatro valores lograron terminar la jornada en positivo, ya que Endesa ganó el 0,78 %; Grifols, el 0,50 %; Abertis, el 0,27 % y Repsol YPF (0,48 %).

En el mercado continuo, la mayor caída fue para Inmobiliaria Colonial, que perdió el 4,75 %, acompañada por Banesto, que se dejó el 4,49 %.

En el lado de las ganancias, la mayor subida fue para Bayer, que se revalorizó el 4,59 %, seguido de Ercros, que ganó el 4,50 %.

El barril de petróleo Brent cotizaba a 113,25 dólares, mientras que la prima de riesgo española se disparaba, al cierre del mercado bursátil hasta los 267 puntos básicos.

El efectivo negociado del mercado español superó los 4.370 millones de euros.

REBAJAN A "BONO BASURA" LA CALIFICACIÓN DE LA DEUDA DE PORTUGAL

La agencia de calificación Moody's rebajó anoche cuatro escalones la nota de Portugal, que pasó a Ba2, un nivel de bono basura, ante el "creciente riesgo" de que el país incumpla su reducción del déficit y tenga que pedir más ayuda, y los bonos lusos a dos y diez años superaban hoy el 14,5 y el 11,6 % de interés respectivamente.

La agencia cree que el país necesitará una segunda ronda de financiación oficial antes de que pueda volver a los mercados con unos intereses sostenibles en la segunda mitad de 2013 y advierte de que existe una mayor probabilidad de que se exija como condición para la misma la participación de los acreedores del sector privado.

En este sentido, constata que los políticos europeas están cada vez más preocupados por el canje de la deuda griega en manos de inversores privados, para compensar así el riesgo de que en el caso de que se produzca una reestructuración de la deuda en un futuro cercano no toda la carga recaiga en los acreedores del sector público.

Así, aclara que aunque la calificación de Portugal implica un riesgo de reestructuración "mucho menor" que en el caso de Grecia ('Caa1'), es importante la postura que mantenga la UE no sólo porque incrementa los riesgos a los que se enfrentan los actuales inversores, sino que también puede desalentar nuevos préstamos del sector privado y reduce la probabilidad de que el país regresos a los mercados pronto en condiciones sostenibles.

OBJETIVOS DE DEFICIT

Por otro lado, tiene elevadas dudas de que la economía portuguesa sea capaz de alcanzar completamente sus objetivos de reducción del déficit (3% del PIB en 2013) y de estabilización de deuda acordados con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de la ayuda.

En este sentido, Moody's, que con esta decisión da por cerrado el proceso de revisión para una posible rebaja en el que situó la calificación de la deuda lusa el pasado 5 de abril, alerta de los "enormes desafíos" a los que se enfrenta el país para reducir el gasto, incrementar la recaudación de impuestos, lograr crecimiento económico y apoyar al sistema bancario.

EL GOBIERNO PORTUGUÉS CREE QUE MOODY'S IGNORA LAS NUEVAS MEDIDAS ANUNCIADAS

El Gobierno portugués considera que la decisión de Moody's pone de relieve la complicada situación de la crisis de deuda soberana, pero afirma que no tiene en cuenta el amplio apoyo a las medidas de ajuste anunciadas ni el nuevo impuesto sobre la renta anunciado por el Gobierno la pasada semana.

En un comunicado del Ministerio de Finanzas recogido por los medios lusos, el Gobierno defiende que esta medida constituye una prueba de la determinación de garantizar los objetivos de déficit para este año, incluyendo medidas que no están previstas en el acuerdo con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El Ejecutivo incide en que la rebaja refleja la "vulnerabilidad" de la economía portuguesa en el marco de la crisis de deuda soberana y confirma que la presentación de un programa de ajuste macroeconómico "robusto y sistémico" es la única manera posible de cambiar el rumbo y recuperar la credibilidad.