El Banco de España constata que la excepción ibérica redujo la pérdida de competitividad de la economía española
Espera que la moderación de los precios energéticos se mantenga en los próximos trimestres
El Banco de España ha constatado que la adopción del Mecanismo Ibérico y la desaceleración de los precios de las materias primas energéticas, que se trasladan con mayor rapidez a los precios de consumo en España, habrían permitido una cierta reversión de las pérdidas de competitividad de la economía española en los últimos meses de 2022.
Así lo recoge el artículo ‘La evolución reciente de las importaciones de bienes a la luz de algunos condicionantes’, informe que forma parte del boletín económico del Banco de España del segundo trimestre.
En dicho estudio, expertos del organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos analizan los motivos por los que las importaciones españolas de bienes crecieron en 2022 por encima de lo que se derivaría de sus determinantes tradicionales, que son la demanda final y la competitividad-precio.
En concreto, las importaciones españolas de bienes en términos reales mantuvieron un ritmo de crecimiento significativo en el conjunto de 2022, situándose en el 5,5%.
Siguiendo las dinámicas tradicionales, la demanda final habría aportado 5,3 puntos porcentuales al avance de las importaciones, mientras que la pérdida de competitividad de las importaciones habría restado 1,5 puntos. De este modo, el ascenso de las importaciones se habría situado 1,7 puntos por encima de lo que se puede explicar de acuerdo con la evolución de la demanda final y de la competitividad precio.
Para el Banco de España, el crecimiento de las importaciones españolas de bienes por encima de sus determinantes tradicionales en 2022 sería el resultado de un conjunto de factores interrelacionados entre sí, y de naturaleza más o menos persistente.
En particular, identifica tres factores principales. El primero es el dinamismo de las importaciones energéticas, impulsadas por las estrategias de almacenamiento y de reexportación como respuesta a las tensiones en los mercados de la energía.
Los otros dos factores son la sustitución, al menos parcial, de producción interior por importaciones en las ramas más intensivas en el uso de energía, y la orientación de la producción industrial hacia aquellas ramas de actividad que presentan un contenido importado más elevado.
En este contexto, destaca que España presenta una cierta ventaja comparativa como fuente alternativa de abastecimiento para los países europeos más dependientes del gas ruso por su ubicación geográfica entre el Atlántico y el Mediterráneo y por liderar la disponibilidad de infraestructuras de transporte, almacenamiento y tratamiento de gas natural licuado en el conjunto de la UE.
Según el Banco de España, dicha ventaja comparativa habría impulsado las exportaciones de bienes energéticos de España a lo largo de 2022, destacando especialmente el fuerte aumento de las reexportaciones de gas natural a otros países europeos.
Por último, el Banco de España espera que los dos elementos de soporte adicional relacionados con la energía presenten un carácter relativamente transitorio en su impacto alcista en las importaciones.
Este diagnóstico se basa en la moderación de los precios energéticos observada a partir de otoño de 2022 y que se mantendría en los próximos trimestres, de acuerdo con lo que anticipan los mercados de futuros.
De hecho, señala que en el último trimestre de 2022 las importaciones de energía se desaceleraron apreciablemente, hasta registrar una caída respecto al año anterior en términos reales, tónica que se mantiene a inicios de 2023.
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