El Eurogrupo instó este lunes a los países más endeudados de la moneda común, entre los que se encuentra España, a realizar "ajustes" para reducirla "si las condiciones lo permiten", a pesar de reconocer que la guerra en Ucrania ha aumentado la incertidumbre sobre la recuperación económica.
Los ministros de Economía y Finanzas de los Diecinueve adoptaron una declaración sobre la posición fiscal que deben adoptar las economías del euro en el próximo año en un encuentro marcado por le impacto que tendrá la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
El texto recoge las mismas conclusiones que la Comisión Europea presentó la pasada semana e insta a estos países - España, Francia, Italia, Grecia y Bélgica- a realizar un ajuste gradual dentro de una "estrategia creíble a medio plazo que siga impulsando las inversiones y reformas" necesarias para las transiciones verde y digital.
"Siguiendo la información que tenemos disponible en este momento, creemos que es la elección adecuada. En cualquier escenario al que nos enfrentemos la sostenibilidad de la deuda será algo excepcionalmente importante", afirmó en una comparecencia de prensa el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe.
El irlandés defendió que "en las circunstancias actuales" es "factible" que los países más endeudados realicen unos cambios "muy graduales" en su política presupuestaria para conseguir que el crecimiento de su PIB mejore sus "dinámicas de deuda" en 2023.
En una línea similar, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, recalcó que la reducción de la deuda en estos países es "necesaria", aunque añadió que debe hacerse de una forma "gradual y realista" para no "matar el crecimiento" económico.
MAYOR INCERTIDUMBRE
Esta llamada llega en un momento en el que la incertidumbre "ha aumentado de forma significativa" debido a la guerra iniciada por el presidente ruso, Vladimir Putin, aunque "todavía está por determinar" el impacto de la agresión sobre las economías europeas y sus consecuencias sobre la cadena de suministro, los precios energéticos y la inflación, que será elevada durante más tiempo del esperado en todo caso.
En este sentido, el Eurogrupo enfatiza que sus políticas fiscales deben seguir siendo "ágiles y flexibles", por lo que los ministros se declararon "preparados para ajustar la política fiscal a las circunstancias cambiantes si fuera necesario".
De hecho, los propios ministros señalan que las orientaciones fiscales que han publicado este lunes están condicionadas al propio desarrollo de los acontecimientos económicos y la Comisión Europea ya abrió la puerta a que las reglas fiscales, en lugar de ser activadas en 2023, sean suspendidas un año más; algo que decidirá en primavera cuando actualice sus previsiones económicas.
EL DEBATE SOBRE LAS REGLAS FISCALES
Precisamente, el ministro de Finanzas de Bélgica, Vincent van Peteghem, abogó a su llegada a la reunión por congelar también el próximo año las reglas que ponen límites al déficit y a la deuda públicas teniendo así en cuenta el impacto de la guerra. "Creo que no debemos tener ningún tabú en esto y debemos discutir si podríamos prolongar la cláusula por el próximo año", señaló en una línea similar a la que también compartió con los medios su colega portugués, Joao Leao, quien llamó a valorar la posibilidad de no reactivarlas.
Por contra, a juicio del ministro alemán Christian Lindner, "no es el momento" de tener este debate todavía porque es necesario esperar a ver las consecuencias de la agresión militar sobre Ucrania. "Veamos los acontecimientos económicos, esperemos que no vayan a peor pero todavía no es el momento de decidir", afirmó en nombre de un país que tradicionalmente defiende una aplicación estricta de las reglas fiscales.
El debate sobre la vuelta de las reglas fiscales coincide además con su propia reforma, que divide profundamente a los Diecinueve entre aquellos que desean pocos cambios (como Alemania, Países Bajos, Austria o los nórdicos) y los países del sur, que apuestan por una revisión de calado.
Sobre esta cuestión, la ministra neerlandesa Sigrid Kaag señaló que su gobierno no es partidario de que se saquen del cálculo las inversiones en defensa o en la transición ecológica porque correría el riesgo de que los países no "midan lo mismo" al estimar su déficit y deuda.