Los más de 30.000 trabajadores que forman parte del sector del calzado están llamados a la huelga este jueves, convocada por CC.OO. Industria y UGT FICA, para conseguir un "convenio digno" tras no alcanzar un acuerdo con la patronal.
En concreto, UGT FICA ha lamentado en un comunicado que no se haya alcanzado ningún acuerdo con las patronales FICE y AEC para intentar desatascar la negociación de este conflicto y la huelga.
Los sindicatos han recordado que el convenio colectivo de la industria del calzado tiene el "lamentable honor" de ser el segundo convenio estatal con peores retribuciones salariales y de las jornadas más altas de la industria, y ello a pesar de que la industria lleva varios meses consecutivos de crecimiento en su producción industrial.
De esta forma, los sindicatos convocantes exigen un incremento salarial del 4% para 2022 y 2023, del 2,5% para 2024 y del 2% para 2025, con cláusula de revisión del 80% IPC real, así como la reducción de la jornada anual en 12 horas y el 100% el primer día de baja por incapacidad temporal, quitar el tope a partir del cuarto mes, un aumento del plus de distancia y la regulación del contrato fijo discontinuo.
En España, el sector del calzado se concentra, fundamentalmente, en la localidad riojana de Arnedo, en los municipios castellanomanchegos de Fuensalida (Toledo) y Almansa (Albacete) y en la provincia de Alicante.
En esta industria trabajan en estos momentos unas 30.000 personas, que realizan su trabajo en empresas reconocidas como Arneplant, Fluchos, Callahan, Moron, Fal y Pitillos en La Rioja; Pablosky, Baerchi, Joma, Legar, Hergilza y Eladio Martín en Fuensalida; Creaciones SW, Pedro García, Magrit, Manufacturas Newman, Panama Jack, Pikolinos y Mustang en Alicante y SBA Factory, Sendra, Pertini, Martinos Forma, Lorens y Milan Classic en Almansa.
UGT FICA vuelve hacer un llamamiento a las patronales para que hagan un "ejercicio de responsabilidad" y se abran a negociar un convenio colectivo "digno" para los más de 30.000 trabajadores que conforman el sector del calzado, que pasa por un ajuste cercano al IPC real al final de la vigencia del convenio, teniendo en cuenta que, para entonces, la inflación se habrá moderado y se podrá recuperar la parte de poder adquisitivo cedido en esta negociación para asegurar la supervivencia del sector.