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España es uno de los tres países que más empleo doméstico generan en Europa, junto a Francia e Italia, con los que comparte que un gran número de estos puestos son desempeñados por mujeres inmigrantes, según el informe 'Domestic workers across the world' de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los datos que aporta el informe reflejan que España ha experimentado un rápido crecimiento de estos empleados, pasando de 355.000 en 1995 a 747.000 en 2010, más del doble en 15 años. Si bien, matiza que la llegada de la crisis en 2008 ha supuesto un ligero retroceso en los últimos años.

Más allá de España, alrededor de 3.600 millones de trabajadores domésticos desarrollan su actividad en países desarrollados, y 596.00 en Europa del Este y en la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en 2010. Con todo, estos empleados sólo suponen el 0,9% y el 0,4% del empleo total, respectivamente.

Con cifras de todo el mundo, la OIT indica que sólo el 10% de todos los trabajadores domésticos está cubierto por alguna legislación laboral, mientras que una tercera parte (el 29,9% del total, hasta 15,7 millones de trabajadores), están excluidos por completo del alcance de la legislación laboral de los países.