La economía española registrará este año una contracción del 1,5% de su producto interior bruto (PIB), lo que representa una mejora de tres décimas respecto al pronóstico de abril del Fondo Monetario Internacional (FMI), que, sin embargo, empeora en siete décimas sus perspectivas para 2013, para cuando augura una contracción del 0,6%, la más aguda entre las economías avanzadas.
De hecho, dentro de la generalizada revisión a la baja llevada a cabo por el FMI en su 'Actualización de perspectivas económicas mundiales', que pone al día los pronósticos publicados en abril, España, del que el informe destaca los problemas en el sector bancario, protagoniza el mayor recorte de perspectivas de cara al próximo ejercicio teniendo en cuenta únicamente la información disponible hasta el 6 de julio, por lo que se obvian los efectos sobre el crecimiento del último paquete de ajustes anunciado por el Gobierno.
Asimismo, la entidad dirigida por Christine Lagarde puntualiza que sus nuevas proyecciones se sostienen sobre los supuestos de que "se desplegarán suficientes medidas para permitir que poco a poco encuentren alivio las condiciones financieras en la periferia de la zona del euro y que la reciente distensión de las políticas en las economías de mercados emergentes hará sentir sus efectos".
De cara al conjunto de la economía, el FMI reconoce que en el último trimestre la recuperación mundial "dio indicios de debilitarse aún más" por el recrudecimiento de las tensiones en los mercados financieros y en las entidades soberanas de la periferia de la zona euro, así como por el crecimiento por debajo de lo previsto en algunas de las principales economías emergentes.
MENOR CRECIMIENTO EN EUROPA Y EEUU.
De este modo, el FMI ha rebajado en una y dos décimas respectivamente sus previsiones de crecimiento global para este año y el próximo, que ahora estima en un 3,5% y un 3,9% para 2012 y 2013, como consecuencia del "enfriamiento del crecimiento durante gran parte del segundo semestre de 2012 tanto en las economías avanzadas como en economías clave de los mercados emergentes.
De este modo, la institución prevé que las economías avanzadas crezcan un 1,4% en 2012 y un 1,9% en 2013, lo que supone mantener los pronósticos de este año, pero empeora en dos décimas el del próximo, mientras que para las economías emergentes augura una expansión del 5,6% este año y del 5,9% en 2013, un recorte de una y dos décimas, respectivamente.
En el caso de la zona euro, el FMI mantiene su previsión de una caída del PIB del 0,3% este año, mientras que ha rebajado en dos décimas su pronóstico de crecimiento en 2013, hasta el 0,7%.
En el seno del bloque del euro se aprecian divergencias significativas, con Alemania creciendo un 1% este y un 1,4% el siguiente, lo que supone una mejora de cuatro décimas en el pronóstico para 2012 y un recorte sólo de una décima para 2013, mientras que en el caso de Francia rebaja en una y dos décimas los pronósticos, hasta el 0,3% en 2012 y el 0,8% en 2013.
"En Europa, las medidas anunciadas en junio en la cumbre de dirigentes de la Unión Europea (UE) representan un paso en la dirección adecuada", apunta el FMI9, que, sin embargo, considera "prioritario implementar esas medidas a tiempo y seguir avanzando hacia la creación de una unión bancaria y fiscal".
Eso sí, alertó de los potenciales riesgos para la economía mundial que supondrían un empeoramiento en España e Italia y sobre todo si uno de estos países pierde acceso a los mercados de crédito.
Así lo dijo el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard, al señalar que "el mayor riesgo para la economía global es el círculo vicioso en España e Italia".
Agregó que si ese ciclo "empeora y uno de ellos pierde acceso a los mercados las implicaciones de tal evento descarrilarían fácilmente la economía mundial".
Asimismo, los nuevos pronósticos del FMI suponen una rebaja de una décima en las estimaciones de crecimiento de EEUU tanto en 2012 como en 2013, para cuando la institución prevé un aumento del PIB del 2% y del 2,3%, respectivamente.
En este sentido, el informe del FMI señala la importancia "esencial" de que Estados Unidos evite el conocido como "precipicio fiscal", incrementando sin demora el tope de su deuda y elaborando un plan fiscal a medio plazo.