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El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha cifrado en alrededor de 4.000 millones de euros el impacto del primer ajuste que aprobará el Gobierno el próximo viernes en Consejo de Ministros, aunque ha matizado que aún no se ha tomado una decisión al respecto.

En conversación informal con los periodistas tras la apertura solemne de la legislatura en el Congreso, De Guindos ha explicado que esa podría ser la parte proporcional para el primer trimestre del total los 16.500 millones que habría que recortar en el conjunto del año para cumplir con el objetivo de déficit público del 4,4 % del PIB.

El Consejo de Ministros del viernes aprobará un decreto ley de medidas urgentes en materia económica y presupuestaria, que incluirá la subida de las pensiones a partir del 1 de enero, así como un acuerdo de no disponibilidad de crédito, que limitará provisionalmente los gastos en los que puede incurrir cada departamento del Gobierno.

El recorte definitivo vendrá establecido en los Presupuestos Generales del Estado que el Ejecutivo planea presentar antes del 31 de marzo.

Según ha explicado De Guindos, ese acuerdo de no disponibilidad podría implicar un ahorro de alrededor de 4.000 millones, si bien ha dicho que los cálculos dependen del Ministerio de Hacienda y no tanto de su departamento.

Al respeto, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no ha querido avanzar nada y se ha limitado a decir que su departamento está trabajando en ello.

El ajuste de 4.000 millones no incluiría la revalorización de las pensiones, que elevará el gasto en una cifra que aún no se ha cuantificado.

Para el ministro de Economía las medidas del viernes constituyen una "señal" del compromiso del Gobierno con la austeridad y la estabilidad presupuestaria, y será sólo un primer paso dentro del ajuste y las reformas que debe acometer el Ejecutivo.

A su juicio, el Gobierno cuenta con "una tregua de seis meses después de que el Banco Central Europeo haya inundado de liquidez los mercados", que es el margen que tendrá para acometer las reformas.

Entre ellas, la del sistema financiero, antes de la cual cree que será necesaria una segunda ola de fusiones, que en ningún caso se hará con dinero público.

Después hay "muchas opciones" aún por decidir, en respuesta a las preguntas sobre la posibilidad de crear un "banco malo" que aúne los activos de peor calidad de las entidades financieras.

"Si se hace bien la reestructuración financiera y la reforma laboral seremos capaces de cortar la hemorragia del empleo", ha dicho De Guindos, que se ha mostrado muy pesimista con respecto a los datos de paro al cierre del año.

Asimismo, cree que el primer semestre de 2012 será también malo para el empleo y que a partir de ese momento será el sector servicios el que comenzará a generar puestos de trabajo.

Respecto a la advertencia que hizo ayer de que la economía volverá a entrar en recesión al cierre del primer trimestre, ha dicho que lo hizo "a posta", porque la situación es difícil y "no se pueden generar expectativas".

Ha insistido en que el cuarto trimestre será el peor y que el primero de 2012 será algo mejor, pero también negativo, en tanto que espera que en el segundo trimestre la economía empiece a mejorar.

Sin embargo, no ha precisado si a partir de abril se volverá a crecer, ya que considera que en las previsiones a un trimestre "se acierta", pero a dos trimestres "se falla seguro".