La Unión Europea alcanza un acuerdo para reformar las reglas fiscales
Las nuevas reglas de control del déficit y la deuda incluyen requisitos mínimos de disciplina fiscal y darán mayor control a los países sobre su ritmo de ajuste
El acuerdo tiene aún que ser aprobado formalmente por los embajadores de los Veintisiete ante la UE
Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo político sobre las nuevas reglas de control del déficit y de la deuda, que darán mayor control a los países sobre su ritmo de ajuste pero también incluyen requisitos mínimos de disciplina fiscal.
El pacto, sellado durante una reunión por videoconferencia, fue posible después de que Alemania y Francia llegasen ayer a un acuerdo sobre las grandes líneas de la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y permite a España cumplir uno de los grandes objetivos que se había marcado para su presidencia del Consejo de la UE.
“El acuerdo sobre las reglas fiscales es una noticia importante y positiva; dará certidumbre a los mercados financieros y reforzará la confianza en las economías europeas", celebró en un comunicado la vicepresidenta y ministra de Economía, Comercio y Empresa, Nadia Calviño, que ha dirigido las negociaciones.
Los Veintisiete lograron tras meses de discusiones salvar las diferencias entre los socios que, como Alemania, Austria o los nórdicos, ponían el acento en que las reglas garantizasen la disciplina fiscal y aquellos que, capitaneados por Francia e Italia, reclamaban que dejasen más margen para invertir en áreas prioritarias, como defensa o transición ecológica.
SENDAS FISCALES INDIVIDUALES PARA CADA ESTADO
Las nuevas reglas mantendrán los límites del 3 % y del 60 % sobre el PIB del déficit y de la deuda, respectivamente, pero introducirán sendas fiscales individuales de cuatro años para cada Estado miembro, con lo que tienen más en cuenta la situación de cada país que las anteriores.
Este periodo es ampliable a siete años si los países se comprometen a realizar reformas e inversiones pactadas con la Comisión Europea y estarán basadas en un nuevo indicador: el gasto primario neto, que excluye el desembolso en intereses de la deuda, entre otras cuestiones.
Sin embargo, a petición de Alemania se han introducido objetivos comunes para todos los Estados con el fin de evitar que se posterguen los ajustes.
En concreto, los países cuya deuda supere el 90 % del PIB tendrán que recortarla un 1 punto porcentual de media cada año y aquellos con un ratio entre el 60 % y el 90 %, en 0,5 puntos, mientras que los que tengan un déficit por debajo del 3 % del PIB deberán seguir reduciéndolo hasta el 1,5 % con el fin de crear un colchón para tiempos difíciles.
"Las nuevas reglas fiscales para los Estados miembros de la UE son más realistas y efectivas al mismo tiempo. Combinan cifras claras para unos déficit y ratios de deuda cada vez más bajos con incentivos para las inversiones y reformas estructurales", celebró el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner.
Precisamente, el mayor punto de desencuentro hasta el final ha sido el ritmo de ajuste del déficit, un punto que ha enfrentado tradicionalmente a los socios de la órbita de París y Berlín, así como el nivel de incumplimiento de la senda de gasto que permitirá a la Comisión Europea abrir un expediente.
Italia y Francia querían excluir en el cálculo del ajuste de déficit los intereses de la deuda, lo que suaviza automáticamente el recorte, pero finalmente se ha pactado que esto sea tenido en cuenta solo hasta 2027 dado el entorno de altos tipos que se espera estos años. Además, cuando el déficit no supere el 3 %, se podrá rebajar el ajuste anual si se hacen inversiones.
El acuerdo tiene aún que ser aprobado formalmente por los embajadores de los Veintisiete ante la UE, tras lo cual podrán comenzar las negociaciones con el Parlamento Europeo para consensuar los textos definitivos con el fin de que las nuevas reglas entren en vigor en 2025.
"DA CLARIDAD A LOS MERCADOS Y A LOS CIUDADANOS"
Nadia Calviño, celebró el acuerdo alcanzado y destacó que da claridad y certidumbre tanto a los mercados financieros como a los ciudadanos del bloque.
La vicepresidenta primera explicó que el último texto que planteó España tuvo el visto bueno "unánime" de los socios comunitarios, un hecho que a su juicio demuestra que se trataba de una propuesta "equilibrada" entre la necesidad de tener un marco para reducir el déficit y la deuda públicas y dejar margen para inversiones en ámbitos "estratégicos".
Calviño también remarcó que las nuevas reglas son más claras, más realistas, más creíbles y más "fácilmente aplicables" que las anteriores.
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