El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, destacaba ayer que un alto porcentaje de jubilados españoles tienen casa en propiedad, un factor importante a la hora de valorar las pensiones reales y netas que no se suele considerar cuando se habla de las rentas que perciben. "Esto no quiere decir que yo esté diciendo que el tema de las pensiones esté resuelto por este factor, pero el peso tan grande del ahorro materializado en casas en propiedad es un argumento que hay que tener en cuenta y que no se suele mencionar en el análisis de las pensiones", según Luis María Linde.
El gobernador, que pronunció una conferencia seguida de un coloquio con empresarios y directivos, organizada por la Asociación Española de Directivos (AED) y patrocinada por CaixaBank, incidió en que cuando se compara el nivel de las pensiones en España en comparación con otros países se suele olvidar que el porcentaje de jubilados con casa propia es el más alto de la Unión Europea, veinte puntos por encima de Alemania.
"Esto tiene un efecto sobre la pensión real de jubilación muy importante", insistió, porque "no es igual pagar un alquiler de 500 euros al mes que pagar un gasto de comunidad de 100 euros".
Esta "renta en especie" que supone la propiedad de su vivienda para un alto porcentaje de jubilados significa que el ahorro en los últimos treinta o cuarenta años no se ha destinado tanto a planes de pensiones o fondos de inversión como a hipotecas, una tendencia que, según Linde, se mantendrá en el futuro .
Pese a todo, señaló que el sistema de pensiones necesita reformas y subrayó que, aunque hay que intentar que las prestaciones sean lo mejor posible, el primer objetivo debe ser su sostenibilidad, afectada por tres factores estructurales: el elevados desempleo, el envejecimiento demográfico y el aumento de la esperanza de vida.
En opinión de Linde, en los últimos años se han tomado medidas que han hecho que el sistema de pensiones sea más sostenible, pero "aún hay margen" para aplicar más, y consideró razonable ideas como separar las pensiones contributivas de las no contributivas y que estas se financien con impuestos.
A corto plazo no hay mejor política frente al efecto del envejecimiento poblacional en el sistema de pensiones que el estímulo del empleo y la mejora de la productividad de todo el sistema, enfatizó.