El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, ha considerado "imprescindible" mantener la continuidad y la ambición de las reformas porque 2011 seguirá siendo un año más de ajuste y, para el sector bancario, "será incluso uno de los años más duros".
Durante el XVIII encuentro del Sector Financiero, ha reconocido además que la reforma de la gobernanza de las cajas de ahorros y su sometimiento a la transparencia y disciplina de mercado "se debería haber acometido antes", si bien consideró que las medidas adoptadas hasta ahora "han impedido la supervivencia de entidades zombies".
Fernández Ordóñez consideró que tanto las reformas del sector bancario como todas las reformas que se están abordando ahora, como la del gasto público, pensiones y laboral, se deberían haber hecho durante los años de expansión "cuando todo parecía ir bien", pero valoró la toma de decisiones para incentivar la integración de entidades en otras "mejores".
Asimismo, el gobernador subrayó que el compromiso del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de aportar fondos públicos "no supone, como se ha dicho, una nacionalización sino una ayuda de carácter excepcional".
Fernández Ordóñez sostuvo que el decreto de reforzamiento de la solvencia financiera ha evitado un estrangulamiento del crédito (credit crunch) que se habría producido como consecuencia del cierre de los mercados a buena parte de las entidades españolas.
La entrada de capital privado va a exigir a las cajas una definitiva y clara profesionalización de su gestión, y quienes hoy están al frente de las cajas, deberán acelerar las reformas en el gobierno corporativo porque el mercado no volverá a prestar a quienes no garanticen profesionalidad equiparable al de las demás entidades, afirmó.
Fernández Ordóñez descartó de plano que la inyección de capital en las cajas se debería haber hecho antes, siguiendo el ejemplo de los países que inyectaron cantidades ingentes de dinero público en sus grandes bancos inmediatamente después de la crisis de Lehman, porque se hubieran malgastado los recursos públicos. "Hubiera sido un error, pues los problemas eran distintos, la tarea en España no era, afortunadamente, recapitalizar con urgencia sus grandes bancos", incidió Fernández Ordóñez, partidario de sanear los balances y acometer cambios en la gestión y reducciones de capacidad antes de reforzar el capital.
En este sentido, destacó que "lo que era inaplazable era obligar a reestructurarse y sanear unas instituciones pequeñas y medianas, las cajas de ahorros, alejadas de la disciplina de mercado y que habían prestado en exceso al sector inmobiliario".
IMPRESCINDIBLE MANTENER LA AMBICION REFORMADORA
Asimismo, consideró "imprescindible mantener la continuidad y la ambición de las reformas" emprendidas en todos los ámbitos porque 2011 seguirá siendo un año más de ajuste y, para el sector bancario, "será incluso uno de los años más duros", por lo que el optimismo debe condicionarse a que dichas reformas no se detengan.
Las entidades de crédito continuarán sufriendo el estancamiento de su principal negocio, la concesión de crédito, porque la demanda solvente seguirá siendo escasa y tardará tiempo en crecer. "En este panorama, lo importante es que el sector bancario esté preparado para proporcionar crédito cuando la demanda se recupere", dijo.
La confianza de los mercados, sostuvo el gobernador del instituto emisor español, es móvil y puede perderse con facilidad aunque "estamos en la senda adecuada para salir airosos e incluso reforzados de la difícil situación por la que ha atravesado la economía española y el sistema bancario".