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La economía española creció un 3,1% en 2017, dos décimas menos que en 2016, tras moderar su avance al 0,7% en el cuarto trimestre, según el avance de datos de la Contabilidad Nacional Trimestral publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta tasa del 3,1% coincide con las estimaciones del Banco de España y con las previsiones oficiales del Gobierno. En todo caso, los datos son aún provisionales y se conocerán a nivel desagregado el próximo 1 de marzo.

El crecimiento del 0,7% registrado en el cuarto trimestre, inferior al 0,8% esperado por el Banco de España y otros organismos de previsiones, se ha desacelerado una décima respecto al experimentado en el tercer trimestre de 2017.

Pese a ello, con este avance trimestral del PIB se acumulan ya 17 trimestres consecutivos de alzas. En el primer y tercer trimestre de 2017 la economía avanzó a un ritmo del 0,8%, mientras que en el segundo trimestre lo hizo a un ritmo del 0,9%. Por su parte, la tasa interanual del PIB se mantuvo en el 3,1% en el cuarto trimestre de 2017 y ya acumula once trimestres consecutivos creciendo a tasas del 3% o superiores.

LA DEMANDA NACIONAL TIRA DEL PIB

Según el último informe trimestral de la economía española realizado por el Banco de España, la demanda nacional aportó 2,6 puntos al PIB en 2017, mientras que la demanda exterior contribuyó con medio punto.

Respecto al cuarto trimestre de 2017, el Banco de España estimaba en dicho informe que el crecimiento sería del 0,8% gracias al fortalecimiento de los mercados de exportación, lo que habría contrarrestado los efectos adversos derivados del aumento de la incertidumbre por la situación política en Cataluña.

Estos efectos adversos, según el supervisor, se habrían concentrado especialmente en esta comunidad autónoma. Desde el punto de vista de los componentes de demanda, el impacto negativo de la incertidumbre se habría manifestado sobre todo en el gasto privado interno y en las exportaciones turísticas.

Por el lado de la oferta, el Banco de España señalaba que los indicadores, tanto cualitativos como cuantitativos, referidos a la industria manufacturera mostraron en la última parte del año pasado una trayectoria más favorable que los relativos a los servicios.

En concreto, tanto el consumo privado como la inversión en bienes de equipo habrían reducido sus ritmos de avance en los últimos meses de 2017, mientras que, por el contrario, se habría fortalecido la inversión en construcción.