¿Puede el euro perder la paridad frente al dólar?

El temor a una recesión tras la publicación de datos débiles de la economía de la eurozona ha hecho que el euro se haya depreciado este martes hasta los 1,03 dólares, alcanzando su valor mínimo desde noviembre de 2002, debido a que los inversores han decidido refugiado en el dolar. También es la mayor caída en un solo día que sufre la moneda europea, en los últimos 6 años.

Muchos analistas apuntan a que esta tendencia puede continuar debido al temor de los mercados a que Europa entre en recesión y que la paridad entre las dos monedas se alcanzará antes de que termine el 2022.

En concreto los analistas de Nomura han reducido su objetivo euro/dólar a 0,95 dólares y según sus previsiones la paridad entre las dos monedas podría romperse en agosto.

Nomura señala que la marca de 0,95 dólares no es tan importante históricamente, y recuerda que el euro cayó de 1,17 dólares después de su creación a 0,82 dólares en octubre del año 2002. Extrapolando hacia atrás utilizando sus monedas heredadas, el euro se negoció en 0,6444 dólares en febrero de 1985, destaca Nomura.

Una de las principales consecuencias, cuando esto ocurra, será que el encarecimiento del precio de la electricidad, el gas y la gasolina, debido a que al comprarse o venderse en dólares pasarán a ser más caros.

Es decir, el desplome del euro frente al dolar, acercándose a la paridad hará que todavía tengamos que pagar más por el precio de la energía con lo que la inflación continuará al alza de confirmarse esta tendencia y esto tendrá su efecto en el precio del resto de bienes y servicios que consumimos.

Amenaza de recesión

El miedo a una recesión en Europa sigue presente en las bolsas, por ello son muchos los analistas que consideran que finalmente el Banco Central Europeo (BCE) no subirá tanto los tipos de interés como tenía previsto, para evitar que la crisis económica en Europa sea aún más pronunciada.

Otra de las causas de la caída del euro frente al dólar la encontramos también en las distintas políticas adoptadas por la Reserva Federal norteamericana y el Banco Central Europeo. Mientras que en lo que llevamos de año la FED ha subido sus tipos de interés 150 puntos básicos, el BCE tan solo ha anunciado a partir de julio un incremento de 25 puntos.

Cuando un banco central decide subir los tipos fortalece su moneda como ha hecho EE.UU., lo que ha propiciado que el euro se haya debilitado frente al dólar.

Comercio con EE.UU.

Un dólar fuerte frente a un euro debil tiene también su efecto en el precio de lo que España importa de EE.UU.

En 2021 nuestro país importó bienes por un valor superior a los 20.200 millones de dólares, fundamentalmente petróleo y gas natural licuado. Unos precios que van a seguir al alza mientas el euro siga aproximándose a su paridad con el dólar.

Un euro débil favorece las exportaciones de productos de Europa a EE.UU. pero perjudica las importaciones al tener que pagar más por esos bienes

Por otro lado, España exportó a EE.UU. el año pasado productos por valor de más de 17.400 millones, la mayor parte maquinaria y gasolina refinada. Con un euro débil, estos bienes son más baratos para los norteamericanos, lo que puede suponer un aumento de la demanda por parte de EE.UU.

El dólar y otras monedas

La fortaleza del dólar también está afectando a otras divisas como la libra esterlina que ha caído, este martes, a su nivel más bajo en más de dos años frente a la moneda norteamericana al cotizar por debajo de 1,19 dólares, un nivel no visto desde marzo de 2020, cuando el Reino Unido entró en el confinamiento para contener la covid-19.

La moneda británica perdía frente a la divisa estadounidense, según los analistas, debido a la creciente preocupación por una crisis económica global por el alza de los precios energéticos y también por una debilidad de la economía británica. La inflación interanual en el Reino Unido ha trepado al 9,1 %, pero el Banco de Inglaterra ha advertido de que puede llegar al 11 % a finales de año si hay estancamiento económico

Otras de las monedas que no pasa por su mejor momento es el yen japonés, que se sitúa en mínimos de 24 años frente al dólar, lo que ha hecho saltar las alarmas en el Banco Central de Japón.