El Banco Santander ha anunciado este jueves una reestructuración de su red de sucursales en España y de sus servicios centrales que conllevará el cierre de hasta 450 oficinas a lo largo del año y la previsión de reducción del personal de la entidad.
El banco presidido por Ana Botín se ha reunido este jueves con los sindicatos para presentarles un plan que prevé el cierre de hasta 450 oficinas y sucursales en todo el territorio nacional a lo largo del año y que conllevará además "un ajuste" de plantilla que la entidad todavía no ha estimado, según indicaron fuentes del Santander.
Las mismas fuentes han explicado que las sucursales afectadas son oficinas de pequeño tamaño, con menos de tres empleados, y han subrayado que estas medidas no supondrán la desaparición del Banco Santader en ninguno de los más de 2.000 municipios en los que tiene presencia actualmente.
El plan inicial del Banco Santander pasa por integrar a los empleados afectados por el cierre de oficinas en otras sucursales de mayor tamaño y resolver con prejubilaciones el futuro de los trabajadores que no puedan ser recolocados mediante este sistema de traslados.
El fuerte incremento de los costes regulatorios, han apuntado fuentes de la negociación, es una de las causas de este plan de transformación que pretende desarrollar un nuevo concepto de sucursal con la adaptación de 350 oficinas durante 2016.
En cuanto al centro corporativo, estas mismas fuentes señalan la intención de mejorar su eficiencia con la digitalización de procesos, la reordenación de funciones para evitar duplicidades y la optimización de costes.
Desde los sindicatos se ha subrayado que la entidad les ha convocado a una reunión que mantendrán el próximo miércoles, día 6 de abril, para facilitarles información sobre el número de trabajadores afectados por esta medida. CCOO ha incidido, en cualquier caso, su voluntad para garantizar que cualquier proceso se lleve a cabo con medidas voluntarias y no traumáticas.
Además de estas medidas, el Banco Santander ha trasladado su intención de emprender un proceso de reordenacion de los servicios centrales corporativos, ubicados en Boadilla del Monte (Madrid), con eliminación de las funciones que no aportan valor añadido.