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El Tesoro ha colocado 3.007,87 millones en la subasta de obligaciones a 10 y 30 años celebrada este jueves y ha ofrecido a los inversores los intereses más bajos de la serie histórica.

El organismo se ha quedado en la parte alta del rango, ya que esperaba captar entre 2.000 y 3.000 millones. La demanda, por su parte, ha sido alta y ha rozado los 5.600 millones.

En concreto, el Tesoro ha colocado 714,38 de los 1.424,38 millones solicitados por los inversores en obligaciones a 30 años, con cupón del 5,15% y vencimiento a 31 de octubre de 2044. Las peticiones han superado en 2 veces lo colocado (1,8 veces en la anterior ocasión).

Los intereses de las obligaciones a 30 años se han moderado considerablemente y han marcado mínimos históricos. Así, el tipo medio ha pasado del 4,043% al 3,594%, mientras que el marginal ha pasado del 4,053% al 3,604%, el más bajo de la serie. La última vez que el Tesoro pudo vender este papel a un tipo tan bajo fue en el año 2005, cuando ofreció a los inversores una rentabilidad marginal del 3,765%.

Por otro lado, el Tesoro ha vendido 2.293,49 de los 4.174,49 millones pedidos por el mercado en obligaciones a 10 años, con cupón del 2,75% y vida hasta el 31 de octubre de 2024. En este caso, la demanda ha superado en 1,8 veces lo emitido (2,1 veces en la anterior ocasión).

Los intereses de estos títulos también se han moderado considerablemente y han marcado mínimos históricos. En concreto, el tipo medio ha pasado del 2,686% anterior al 2,272%, mientras que el marginal ha pasado del 2,699% al 2,286%, el mínimo de la serie histórica del Tesoro.

De esta forma, el organismo ha superado con éxito una nueva prueba en los mercados y ha vuelto a marcar mínimos en la rentabilidad gracias a la renovada confianza que genera España en los inversores.

El Gobierno está intentando sacar partido a esta situación, como hizo el pasado lunes cuando emitió por primera vez en la historia un bono a 50 años que le permitió colocar 1.000 millones entre inversores privados.

MAS SUBASTAS ESTE MES

La subasta de este jueves coincide con la reunión del Banco Central Europeo (BCE) de la que están pendientes todos los inversores para ver si finalmente Mario Draghi se decide a aplicar medidas para hacer frente al estancamiento de la zona euro.

El organismo no volverá a someterse al escrutinio de los mercados hasta el 16 de septiembre, cuando venderá a los inversores letras a 6 y 12 meses. Esa misma semana subastará de nuevo bonos y obligaciones y antes de que acabe el mes venderá letras a 3 y 9 meses.