La guerra en Siria está pasando factura a las exportaciones españolas a ese país que este año se han desplomado un 80%.
Tradicionalmente Siria ha vendido a España petróleo y nosotros vehículos y productos de laboratorio.
Inseguridad, inestabilidad y enfrentamientos ahuyentan a las compañías españolas que en su día se asentaron el país de Al Asad. Apenas quedan empresas españolas en Siria y las pocas que mantienen su presencia, como Cortefiel, Mango o Acesur, lo hacen a través de franquicias o con personal local.
El Instituto de Comercio Exterior (ICEX) decidió cerrar la oficina comercial en Damasco hace dos meses ante las nulas oportunidades de negocio.