Tres de cada cinco familias consideran mala la situación económica en España

Más de tres de cada cinco familias (el 64,5%) consideran que la situación económica actual que vive España es mala, aunque cuatro de cada cinco (el 80,4%) creen que las cuentas de los hogares son buenas o regulares.

No obstante, "los hogares españoles afrontan con un optimismo que no habíamos visto hasta la fecha" el año 2016, según dijo el director de la consultora GAD3, Narciso Michavila, durante la presentación este lunes en Madrid del 'V barómetro de la familia' de The Family Watch, encargado a la citada consultora y patrocinado por la Fundación Madrid Vivo.

De hecho, desde 2012 "es la primera vez que los hogares que creen que (la situación económica) es buena supera a aquellos que la consideran mala". La peor percepción familiar de la situación económica española se registró en 2013, cuando el 90,5% de los hogares creía que era mala.

Asimismo, en 2016 los encuestados consideran en el 39,4 de los casos que la situación económica familiar actual es buena y el 41% que es regular, porcentajes más alto y bajo, respectivamente, en todos los barómetros realizados por estas organizaciones.

Las familias españolas también suspenden en un abrumador 70% de los casos el reconocimiento legal y público que se hace de la familia. A raíz de este dato, Michavila urge a apoyar a las familias para fomentar la natalidad, con un sistema tan garantista como lo es con las personas mayores, que ha provocado que en la actualidad los jubilados tengan "incluso más renta per cápita" que familias con hijos en las que los dos progenitores trabajan.

Además, "no suben las cifras de natalidad, que es el gran problema de esta legislatura. O se presta apoyo a las familias para que vuelva a haber más nacimientos o tendremos un problema serio en España", advirtió el sociólogo.

TECNOLOGÍA Y RELACIONES FAMILIARES

El barómetro también ofrece otras perspectivas sobre la familia en España, como el uso de las tecnologías. En este punto, llama la atención el aumento del uso de herramientas como Whatsapp y Skype en las relaciones intrafamiliares. El 54% de los hogares se comunican a través de la popular mensajería instantánea y cada vez usan menos el correo electrónico.

Sin embargo, el 45% de las familias considera que las tecnologías "están empobreciendo las relaciones familiares", por lo que hay que aprender "que el móvil no puede estar por delante".

El barómetro también pone de manifiesto que la educación sigue siendo "una asignatura pendiente", pues los padres están "externalizando" la educación de sus hijos en otros y dando más responsabilidad a los colegios. Sólo el 14% ha recibido formación para educar a sus hijos.

Sobre este punto, el profesor de Economía Aplicada de la Universidad San Pablo-CEU Gonzalo Sanz-Magallón apuntó a la necesidad de invertir en familia y destacó su rentabilidad, porque "no sólo no se tienen hijos, sino que la educación de los hijos deja mucho que desear" en España, como muestran estudios internacionales como el informe PISA.

PACTO DE ESTADO

Durante su intervención, María José Olesti, directora general de The Family Watch, dijo que "se hace cada vez más necesario ese pacto de Estado por la familia, para que pueda desarrollar las funciones que tiene asignada en la sociedad".

Carlos de la Mata, secretario general de la Fundación Madrid Vivo, subrayó la necesidad de la implicación de las empresas para implantar prácticas de conciliación. "Hay un caldo de cultivo social y empresarial adecuado para que se produzcan estas mejoras", aseveró, aunque considera que esos cambios serán "lentos", porque hay que vencer "muchas voluntades".

Ese déficit de apoyo a la familia se manifiesta según, Sanz-Magallón, en los datos que maneja la OCDE, que muestra que España es de los últimos países en inversión en esta institución. El V Barómetro de la familia The Family Watch se realizó entre el 7 y el 14 de enero y está basado en entrevistas a 500 familias de toda España.

Los autores subrayaron que, aunque siempre se realiza en las mismas fechas, en este caso ha coincidido, además de con el periodo postnavideño, con el debate político posterior a las elecciones del 20-D.